Londres

Assange tendrá que esperar al 24 para saber si es extraditado a Suecia

El primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt se convirtió ayer en el último protagonista involuntario del «caso Assange». En la tercera y última vista del proceso de extradición del fundador de Wikileaks a Suecia, la defensa señaló que los comentarios que había realizado el político esta semana le convertían en el «enemigo público número uno» de la población.

Julian Assange, a la salida del juzgado de Belmarsh
Julian Assange, a la salida del juzgado de Belmarshlarazon

Suecia reclama al australiano por cuatro cargos de agresión sexual supuestamente cometidos contra dos mujeres. En sus declaraciones, Reinfeldt mostró su preocupación al considerar que se estaba «intentando evitar el hecho de que existen unas acusaciones muy serias». La defensa calificó su postura de «intolerante» y le acusó de un «total desprecio por la presunción de inocencia».

Según el letrado Geoffrey Robertson, las observaciones del primer ministro se referían de alguna manera a que Assange y sus abogados consideraban que los derechos de las mujeres no tenían valor. «Esto ha creado mal ambiente y los medios de comunicación están creando un juicio paralelo», indicó. El abogado solicitó un aplazamiento del proceso para poder presentar más evidencias del daño que habrían causado a su cliente los comentarios de Reinfeldt y de otros políticos suecos para tener un juicio justo en Suecia. Sin embargo, el juez Howard Riddle rechazó su demanda y anunció que será el 24 de febrero cuando decida sobre el futuro de Julian Assange.

Desde que empezó el proceso, la defensa ha advertido de los peligros que conlleva la entrega del ex «hacker». Sus abogados temen que finalmente acabe en EE UU, donde el Gobierno está analizando qué cargos criminales puede imponerle por la difusión de los cables diplomáticos.