Tokio
Fumiaki Takahashi: «Necesitamos el paraguas nuclear de Estados Unidos»
La permanencia de la base norteamericana en la isla nipona de Okinawa provocó la caída de Hatoyama y el relevo de Naoto Kan. El quinto primer ministro desde 2006 ha sufrido en julio su primera derrota en las urnas
Madrid- Lleva cerca de un año como embajador en España y ya es capaz de entender el idioma e incluso responder algunas preguntas en castellano. Fumiaki Takahashi nació en la cinematográfica ciudad de Tokio, pero no entiende la fascinación que causa a los extranjeros. Destaca, eso sí, su dinamismo, motor –dice– de la economía de su país, que se enfrenta a múltiples desafíos.–Naoto Kan es el quinto primer ministro de Japón desde 2006. ¿Cuándo llegará la estabilidad?–Existe una diferencia entre las dimensiones de los tres últimos predecesores de la era del Partido Liberal Demócrata (PLD) con la del Partido Democrático (PD). El PLD no tenía mayoría en la Cámara Alta ni tampoco contaba con la coalición de partidos con la que dispone PD en el Senado. Lo que ocurrió es que en estos últimos meses el ex jefe de Gobierno Hatoyama mantuvo diferencias con los socios del Partido Socialista y tuvo que renunciar.–Kan a diferencia de sus predecesores no pertenece a una dinastía política. ¿Existe en la cultura nipona una excesiva adherencia a la jerarquía?–No creo que la pertenencia a una familia concreta influya a los electores. La política de partido está por encima de las personalidades. –En política de seguridad: ¿ha llegado la hora del poder militar nipón?–Hemos ido consolidando nuestras fuerzas convencionales, pero estamos rodeados de países nucleares. Sin embargo, nuestro Gobierno quiere que Japón siga siendo un país libre de armas atómicas aunque tenga la capacidad de producirlas. Por lo tanto, en esta cuestión seguimos necesitando el paraguas de EE UU.–¿Cuál es la actual situación económica de Japón?–Japón sigue siendo la segunda potencia económica del mundo. Con motivo de la crisis de los «subprime», junto con la crisis financiera y la situación anómala en las economías occidentales, la economía de Japón también sufrió sus efectos. Sin embargo, la causa de la crisis económica actual se debió a la caída de la demanda mundial y el alza del yen ocasionados por la situación de la economía real y no por un problema en su sistema financiero.–Como Europa, Japón tiene un déficit desbocado...–La diferencia es que nosotros estamos financiando la deuda internamente y no dependemos de países o instituciones financieras extranjeras. Somos un gran acreedor internacional.–Aún no hay muchos empresarios españoles en Japón.–Tengo la esperanza de que las empresas españolas tengan un mayor interés en invertir en el mercado japonés y que puedan colaborar con estas empresas japonesas que poseen un gran potencial en el ámbito científico y tecnológico, de manera que la cooperación bilateral avance dentro del mercado mundial.–Una curiosidad, ¿cómo se consigue ser una de las economías más competitivas sin que la mayor parte de la población sea capaz de hablar inglés?–Pese a todos los esfuerzos de los programas educativos, habría que plantearse una enseñanza de lenguas extranjeras desde una perspectiva más práctica.–Dicen que Okinawa concentra a la mayor población centenaria del mundo. ¿Hay algún misterio?–[Risas] No sé las razones científicas, pero dicen que se debe a la mezcla de nuestra dieta con un agua muy pura, de menos cal. –El sushi además se está convirtiendo en un plato internacional. Han abierto restaurantes japoneses en lugares como Siria, Marruecos o Polonia...–Es cierto que algo que uno se habitúa a comer se convierte en algo familiar. En este sentido, la expansión de la comida japonesa favorece la imagen de nuestro país, el conocimiento de nuestras costumbres y eso nos satisface.–El cine también ha sido una ventana para Japón. En especial, Tokio ha provocado una gran fascinación entre los directores internacionales. ¿Les entienden?–Nací en Tokio, pero he vivido la mayor parte de mi vida adulta en el extranjero. No puedo ponerme en la piel de alguien que es de fuera, pero sí aprecio su dinamismo, su renovación constante y su apuesta por la innovación. También he de decir que hay otras ciudades fantásticas, como Nara.–Algunos dicen que España es igual a toros y flamenco. ¿Qué opina si digo que Japón es igual a sushi y kimono?–Las mujeres en Japón no se visten con kimono diariamente.–En España tampoco de faralaes, pero ¿qué opina de los tópicos?–Que son reduccionismos. Japón es su gastronomía, su modernidad tecnológica, pero también su armonía con la naturaleza.
SUS FAVORITOSUNA PASIÓNAl embajador le gusta leer los clásicos nacionales como «Cuento de Ise (Ise-Monogatari)», pero también dedica su tiempo a la lectura de contemporáneos, como el dramaturgo Yukio Mishima con su «Mar Fecundo».UN LARGOMETRAJELa película «El suicidio por el amor en el paraíso de Amishima», del director japonés Masahiro Shinoda, está entre sus favoritas. Otra para volver a ver: «Lawrence de Arabia», del realizador británico David Lean. UN PLATOUna cazuela de pez globo es el plato que el embajador elige cuando siente nostalgia de su país. En una carta española no duda: pide angulas.
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