Autonomías

El jornal municipal

La Razón
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Hay líneas que nunca van a traspasar los partidos políticos. No me refiero al sentido de Estado, al sentido común o al sentido del ahorro en las administraciones, sino a los pactos sobre el sueldo de los responsables municipales, sobre la financiación o sobre el transfuguismo. PP, IU y PSOE andan negociando – dicen que negocian– la rebaja del salario de alcaldes y ediles. No habrá ningún pacto. Lo que hay es murmullo de fondo, ensalada de martingalas, un partido de ping-pong. Pin, que dice el PSOE que los alcaldes que ganen más que el presidente de la Junta –como el de Huelva, con 97.000 euros anuales– se rebajen el sueldo por encima del 15 por ciento; pon, que dice el PP que los directivos de las empresas públicas –como el consejero delegado de Emasesa, que se embolsica 170.000 euros anuales– también se rasquen el bolsillo. El presidente de la Junta ya se comprometió el año pasado a que ningún responsable de la Administración cobraría más que él, incluso está recogido negro sobre blanco, en la ley de Presupuestos de este año, artículo 17, abro comillas: «El personal que ejerce alta dirección no podrá percibir una retribución íntregra anual, por todos los conceptos dinerarios o en especie, incluida la productividad y cualquier otro incentivo o concepto, superior a la fijada por la persona del titular de la Presidencia de la Junta». ¿Y entonces cómo el director general de la RTVA sigue cobrando casi 140.000 euros anuales, un 70 por ciento más que Griñán –81.155 euros–? Porque toda ley tiene su trampa y la de Presupuestos, con tantos números, no podía ser menos. Continúa el artículo 17, arriba otra vez las comillas: «Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación en los siguientes casos: en las entidades en los que la persona que ostente la máxima responsabilidad haya sido elegida por el Parlamento...». Al final, el gran anuncio quedó en que sólo «80 ó 90» directivos de las 172 empresas, que tiene tela que la Junta tenga 172 empresas, iban a sufrir el recorte. Nunca hay acuerdos en aspectos que perjudican a todos los partidos. Como mucho, parcheo fino. Por eso, hay sobrados motivos para el escepticismo en torno al ajuste del jornal de los poncios municipales. Como si ya no conociéramos estas francachelas...