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El Cairo

Turquía destrona a Egipto

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, fue recibido el martes en El Cairo como un auténtico héroe por su postura durísima respecto a Israel al comienzo de su gira «revolucionaria» por los países árabes, pero ayer se marchaba con críticas y desconfianza.

Turquía destrona a Egipto
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Sus consejos relativos a la transición democrática egipcia no han gustado a algunos y han sido interpretados como una injerencia en los asuntos internos del país, sobre todo sus comentarios sobre la laicidad del Estado. En Turquía, el Estado es secular, aunque la mayor parte de la población es musulmana practicante y el propio partido gobernante es islámico.

A pesar de que el modelo turco, con un Ejército que vertebra el Estado, podría ser un ejemplo a seguir tanto para Egipto como para Túnez –la próxima parada en la gira de Erdogan–, el secularismo se plantea impensable. Pocas horas antes de que el primer ministro turco aterrizara en Túnez, se daba a conocer una encuesta según la cual el partido islámico Ennahda será el más votado en las elecciones del próximo mes de octubre.

El mismo escenario se da en Egipto, de donde Erdogan se fue ayer prometiendo un intercambio comercial con Turquía de 5.000 millones de dólares en dos años y hasta el doble en un plazo de cuatro años. Éste se sitúa en unos 3.000 millones, aunque las exportaciones turcas a Egipto se han visto drásticamente reducidas desde la revolución del 25 de enero (un 80% menos que en el mismo periodo del año anterior, según la Prensa turca). Asimismo, Egipto espera que las inversiones turcas en el país alcancen los 5.000 millones de dólares en el futuro. Para ello, uno de los objetivos de esta visita oficial –en la que Erdogan está acompañado de unos 200 empresarios–, era agilizar los trámites entre los dos países, que ya poseen un acuerdo de libre comercio.

Turquía busca mantener sus negocios en Egipto, a la espera de que la situación se estabilice, mientras en Túnez, la revolución ha favorecido los intercambios comerciales: las importaciones turcas alcanzaron los 76 millones de dólares en los primeros 8 meses del 2011, comparado con los 30 millones en el mismo periodo de 2010, según medios de Ankara. Túnez y Turquía también tienen un acuerdo comercial desde el año 2005.

Los países elegidos por el jefe de Gobierno turco para su gira no son sólo aquellos donde las revoluciones han triunfado, sino con los que Ankara mantiene un mayor comercio y presencia en sectores claves. Por ejemplo, empresas turcas fueron las que obtuvieron los contratos para la construcción de los aeropuertos de Túnez y de El Cairo, este último por unos 400 millones de dólares. Las inversiones turcas son especialmente importantes en la última escala del viaje de Erdogan, Libia.

Bajo la bandera del islam, Turquía quiere llevar a cabo grandes proyectos con sus vecinos árabes, como una red eléctrica que conecte el norte de África y Oriente Medio, y a la que Egipto es el último país en sumarse, tal y como anunció el ministro turco de Energía, Taner Yildiz, en El Cairo.

Buscando un mercado común
Siria, Líbano, la Autoridad Nacional Palestina, Jordania y Libia ya habían aceptado formar parte de un mercado energético común, al estilo europeo, aunque Yildiz admitió que las circunstancias políticas y logísticas retrasarán su puesta en práctica. Turquía también firmó otro acuerdo de cooperación energético con Egipto para que El Cairo se convierta en suministrador de gas natural a Turquía, cuya economía emergente necesita de combustibles fósiles para seguir creciendo. Actualmente, Egipto vende su gas natural a Israel y Jordania, siendo muy polémica la exportación al vecino hebreo, que los egipcios quieren interrumpir.

«Robarle» el suministro de combustible a Israel podría ser el próximo objetivo de Turquía, que ayer prosiguió con su ofensiva diplomática y su campaña a favor de la declaración de un Estado palestino, sobre la que Erdogan habló con el presidente palestino, Mahmud Abbas, en El Cairo.


Israel ya no es «amigo»
Según el diario israelí «Jerusalem Post», la Fuerza Aérea turca está modificando el sistema de identificación «amigo–enemigo» de sus cazas F-16C para un hipotético enfrentamiento con la aviación de Israel. El actual sistema electrónico de los F-16 es, como los propios cazas, de origen estadounidense y estaría sujeto a restricciones operativas. El periódico señala que no ha podido confirmar si el nuevo equipo ya ha sido instalado en los aviones.