Andalucía

González sin tiempo para Doñana

El presidente del Consejo de Participación del parque alegó «problemas de agenda» para no acudir a la única reunión de este órgano en 2011. No ha asistido a ninguna cita de la Permanente

Felipe González, junto a José Antonio Griñán y el ex alcalde de Almonte, Francisco Bella, en Doñana
Felipe González, junto a José Antonio Griñán y el ex alcalde de Almonte, Francisco Bella, en Doñanalarazon

Sevilla- «Es lo único que eché de menos cuando salí del Gobierno», escribió Felipe González en el libro de visitas de Doñana. El ex presidente volvió muchas veces después al parque tras dejar su cargo y a finales de 2009 fue nombrado presidente del Consejo de Participación del espacio natural. Motivo por el que ahora tiene una razón de peso para regresar.

Sin embargo, desde que preside el máximo órgano rector del parque se han celebrado tres reuniones de éste, en abril de 2010, en diciembre de ese mismo año y en julio de 2011, a la que el socialista no asistió. Además, según consta en las actas de la Permanente, no ha acudido a ninguna de las citas de este organismo, aunque es, en teoría, miembro de la misma.

Fuentes de Ecologistas en Acción aseveran que «alegaron problemas de agenda» para justificar su ausencia y se preguntan: «¿No sería mejor para Doñana que en vez de sustituir a un científico de prestigio internacional –el biólogo y premio Príncipe de Asturias, Ginés Morata– por un político al frente del Consejo, se hubiera hecho, en todo caso, por alguien a quien sus múltiples ocupaciones no le impidieran cumplir con sus obligaciones respecto al espacio protegido?».

Uno de los portavoces de esta organización en Huelva, Juan Romero, advierte de que «Doñana encierra una complejidad enorme de retos y, a día de hoy, no hay capacidad de priorizar ni de ponerse de acuerdo». «Felipe no ha ejercido su autoridad en ese sentido», mantiene para matizar: «Aunque el Consejo no sea un órgano vinculante sino consultivo, desde la Junta se nos aseguró cuando lo nombraron que su prestigio contribuiría a hacerlo».

De hecho, el consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, no dudó en afirmar tras su nombramiento que la presidencia de González era un «acontecimiento» para uno de los más destacados espacios protegidos de Andalucía, al que éste aportaría «una garantía y un plus». El portavoz de WWF Doñana, Juan José Carmona, también tiene memoria y plantea: «Cuando se le puso al frente del Consejo, la Junta aseguró que su prestigio y sus contactos beneficiarían al espacio natural. Se nos vendió su presidencia como una oportunidad para solucionar los problemas de Doñana y para ayudar a su promoción internacional». Cuestiona que se esté cumpliendo y la conveniencia de que «se apartara a un científico independiente y se sustituyera por un personaje político, quien, en cierto modo, siempre será más esclavo de sus intereses». Ambos portavoces ecologistas desgranan un listado de «problemas» pendientes del «mandato» de González: «La restauración hídrica; las obras inacabadas del Plan Doñana 2005, impulsado por Isabel Tocino; la depuración de las aguas de municipios del entorno; el atasco del Plan de Ordenación de los Cultivos o de la Fresa». «El riesgo potencial –prosiguen– que supone para el parque el oleoducto que pretende construir el Grupo Alfonso Gallardo, las deforestaciones forestales, la Red de Corredores Ecológicos que está pendiente, las muertes de linces…». Puntos negros que «siguen estando ahí», defienden y «salvo su intervención en la reciente convención sobre el Cambio Climático y el Medio Urbano, ¿alguien recuerda alguna otra actuación de González este año a favor de Doñana?», lanzan.

Romero da un paso más y señala: «Aunque sólo sea por estética, dada su vinculación con empresas energéticas –Gas Natural Fenosa lo ha nombrado consejero independiente para un periodo de tres años, un cargo por el que González percibirá un mínimo de 126.500 euros brutos anuales–, debería mantenerse al margen». Posición que también defienden fuentes de Izquierda Unida.

Cabe recordar que, este verano, el Gobierno central autorizó a esa empresa a adaptar yacimientos con hidrocarburos para permitir actividades de almacenamiento subterráneo de gas. Unos sondeos que, para Romero, la Administración no debería permitir, «si quieren mantener Doñana como el espacio natural que publicitan». «¿Qué tiene prioridad: su conservación o los intereses privados de compañías energéticas?», arroja. A su llegada,Trillo admitió que González tenía por delante un trabajo de coordinación «importante». Parece que aún lo tiene...