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Unas manchas dan la alerta del riesgo de vertido de fuel
ROMA- Tras el drama humano puede llegar una catástrofe medioambiental. El clima ayer empeoró en la isla del Giglio, donde encalló el pasado viernes el buque crucero «Costa Concordia», provocando que el barco comenzase a moverse. La popa de la embarcación sigue fija en el lugar donde reposa del fondo marino, pero la proa se ha desplazado casi diez centímetros en vertical. El gran peligro es que si la meteorología se vuelve aún más adversa el casco podría romperse y provocar una marea negra. La nave tenía los depósitos llenos, con 2.400 toneladas de carburante, pues cuando chocó con unos escollos sólo hacía dos horas y media que había zarpado del puerto de Civitavecchia.
Los helicópteros que sobrevuelan el «Costa Concordia» encontraron ayer pequeñas manchas de combustible en la zona cercana a donde ha encallado el barco. No se sabe si se trata de fuel que procede de los depósitos o de aguas sucias y aceites de la sentina. Para evitar que se extienda la contaminación, las autoridades han delimitado un perímetro de seguridad alrededor del barco. Varias embarcaciones se situaron a cien metros del crucero para recoger con material absorbente el carburante.
Según anunció el ministro de Medio Ambiente, Corrado Clini, el Gobierno italiano decretará antes del jueves el estado de emergencia. Clini ha abierto el debate tras la tragedia sobre los riesgos que supone que embarcaciones mastodónticas como el «Costa Concordia» naveguen tan cerca de parajes de alto valor medioambiental, como la isla del Giglio. Este peligro también ha sido a veces planteado por los habitantes de Venecia, parada habitual de estas naves.
«Ya existen reglas al respecto, pero no se cumplen siempre. En las próximas horas deberemos tomar medidas de prevención», anuncia Clini, para quien estos buques no representan una forma de «turismo sostenible», sino «peligroso». En su opinión, habría que crear una tasa especial que gravase el transporte de petróleo y de pasajeros por vía marítima para crear un fondo de solidaridad que cubra situaciones como la del «Costa Concordia». Los ecologistas también se han manifestado en la misma línea: piden que se intervenga cuanto antes para evitar una catástrofe medioambiental y pretenden que estos buques no naveguen más por entornos de valor natural. El mal tiempo también provocó que las operaciones de rescate estuvieran interrumpidas durante buena parte del día. No está todavía claro cuántas personas siguen desaparecidas, pues la cifra que ofrece la naviera, 29, no concuerda con los datos de las embajadas de algunos países con ciudadanos afectados. La esperanza de hallarlos con vida cada vez es menor.
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