Nueva York
Salinger: entender al león enjaulado
Una biografía se acerca al escritor, cuyo mal genio era legendario, desde otra óptica. Sufrió estrés post traumático y desengaño amoroso. Sólo quería que le dejasen en paz.
Cuando Kenneth Slawneski releyó «El guardián entre el centeno» (1951) a una edad adulta, le invadió un interés inexplicable por empezar a investigar sobre la vida de su polémico autor, J. D. Salinger. Entonces no sabía hasta dónde le iban a llevar sus pesquisas. Sus ganas de estudiar al judío le atraparon. No tenía encargo de ninguna editorial. Ni tampoco debía escribir ningún artículo. Pero no podía dejar de buscar información sobre el neoyorquino, al que precedía su fama de tener malas pulgas. Salinger se recluyó en un pueblo de New Hampshire: Cornish. Huyó de la publicidad, hasta tal punto que construyó un túnel para acceder a su casa, apenas concedió entrevistas y nunca cedió los derechos para hacer películas de sus libros. También demandó a todo aquel que tuviese la temeridad de redactar una biografía sobre él en vida. Tras ocho años de investigaciones, publican «J. D. Salinger: A Life Raised High», que editan en enero Random House en EE UU y Galaxia Gutenberg en España. En marzo de este año, la casa Pomona Books publicó este título dos meses después de que Salinger muriese en enero. Sus 20 capítulos son producto de un escrupuloso proyecto de investigación con entrevistas a los familiares del escritor, sus compañeros de regimiento de la Segunda Guerra Mundial, sus ex novias, amigos de sus parejas y la revisión de sus textos literarios. Del texto de Slawneski sorprende el cándido retrato que hace de Salinger, a pesar de su fama de maníaco, repulsivo e insociable. Él siempre lo dijo: «Sólo quería escribir y que le dejasen tranquilo», recuerda Salwneski.
- Inicios (1919-1946)
Los primeros capítulos relatan el nacimiento de Salinger, su relación con sus padres, Sol, un judío de Lituania, y Marie, una católica de descendencia irlandeso-escocesa que se cambió el nombre a Miriam para pasar por judía. Profundiza en los años de colegio en la Academia Militar Valley Forge, la base de Holden Caulfield, protagonista de «El guardián entre el centeno». Después de rebotar por varias escuelas y pasar un año en Austria y Polonia, el capítulo termina con el compromiso de Salinger de dedicarse a la escritura.
Estudiando en la Universidad de Columbia publica su primer trabajo en la revista de uno de sus profesores, Whit Burnett. Comienza a escribir «El guardián entre el centeno» y su relación con Oona O'Neill, la hija del dramaturgo Eugene O'Neill. Durante los años anteriores a la guerra envía varios trabajos literarios a la revista «The New Yorker», pero son rechazados. Comienza su obsesión con publicar en esa revista. Pero traslada su atención a triunfar en el Ejército, donde ingresa después del bombardeo de Pearl Harbor. Oona O´Neill le deja por Charlie Chaplin, con quien tuvo ocho hijos, a pesar de ser 36 años más joven. Salinger cae en una profunda depresión.
En 1944 viaja para su adiestramiento a Inglaterra. Combatirá en el desembarco de Normandía, donde pasa once meses, y participa en cinco grandes campañas. Allí se hace amigo de Ernest Hemingway. Es hospitalizado por estrés post traumático. Salinger se queda en Alemania durante un tiempo trabajando para los servicios de Inteligencia. Se casa con la oftalmóloga Sylvia, a la que su familia no acepta.Ella viaja con Salinger a Nueva York, pero al poco tiempo regresa a Alemania, donde solicita el divorcio. Fracasa una promesa de publicación. Salinger se entrega a la vida irracional de los bajos fondos de Manhattan.
- Madurez (1947-1959)
En 1947 publica la primera historia de Holden Caulfield en «The New Yorker», su gran sueño, después de muchos rechazos. Empieza a escribir historias de tal calidad que le convierten en una estrella literaria. Consolida su posición en la revista, mientras termina «El guardián entre el centeno». La novela es muy bien recibida, pero no está satisfecho del todo. Decide explorar el budismo zen. Abrumado por el éxito, cae en una gran depresión. Se recluye en su apartamento de Manhattan por miedo a que le reconozcan. Comienza una relación con Claire Douglas, con la que después se casa, y compra una granja en New Hampshire.
Se traslada allí, donde traba amistad con estudiantes. Su segundo libro, «Nine Stories», se publica con críticas aceptables y ventas excelentes. La relación con Claire se hace cada vez más sólida pero finalmente la joven le deja por uno de sus amigos. Salinger se siente traicionado y se recluye otra vez. Douglas se casa, pero su matrimonio apenas dura y decide volver con Salinger. Pronto tienen una hija, Peggy, pero Claire sufre depresión posparto. Su situación empeora cuando el literato construye un búnker fuera de la casa para escribir, donde pasa la mayor parte del tiempo. Su posición en «The New Yorker» se debilita. Completamente sumergido en sus personajes, produce «Seymour - An Introduction», que le hace caer enfermo y provoca una nueva crisis en su matrimonio.
- Desaparición (1959-2009)
Nace el hijo de Salinger, aunque el escritor continúa obsesionado con la escritura. Publica «Franny and Zooey», que le lleva a la cumbre de su carrera, pero sigue obstinado en estar al margen de la atención pública. Pronto discute con su mujer por la educación de los niños. No sale de su habitación y se siente muy afectado por el asesinato de John F. Kennedy así como por los intentos del gobierno para que vuelva a las operaciones de combate. Publica su última historia, «Hapworth 16, 1924». Por primera vez desde su juventud, los medios de comunciación le ignoran. La pareja se divorcia, y el autor construye una casa separada en su propiedad para estar cerca de sus hijos. En 1970 empieza a aislarse por completo de la sociedad. Le pide a su agente que destruya 500 cartas personales. También comienzan las batallas legales sobre la publicación de sus primeros trabajos. En este capítulo de su vida es donde se fragua la leyenda de un monstruo que no se sabe si existió.
La leyenda del misántropo
La visión de Slawneski está muy documentada, pero Margaret, hija de Salinger, ha hecho pública otra versión de su vida. Cuando el genio se recluyó en su granja de New Hampshire exigía al servicio que cambiase las sábanas de la casa dos veces por semana, pero, en cambio, nunca quiso que se instalara calefacción en la casa. Bebía su propia orina de acuerdo con una práctica medicinal de la India y basó algunas de sus convicciones en mentiras. Por ejemplo, desconocía que el fervor judío de su madre era forzado por su padre. Cuando su mujer se quedó embarazada, Salinger la repudió, y, según ha contado Margaret, el escritor obligó a su hija a abortar. Ella se ha vengado describiendo una convivencia imposible en una familia llena de secretos.
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