Comunidad de Madrid

Todos (los candidatos) a Parla

Por aburrimiento, vale, pero que se suspenda una campaña electoral porque hay nueve muertos encima de la mesa por una circunstancia tan imprevista como un terremoto, duele. Pasó pero hay que hacer como que se sigue viviendo.

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En esas estamos y quienes se lo han tomado más a pecho han sido los candidatos a la Comunidad de Madrid que, sin verse, han confluido, cual si fuera una conjunción astral en Parla. La ciudad está vinculada a Tomás ¿quién? Desde que fue alcalde y batió récords como el más votado. Hace años se le podía ver presumiendo de tranvía y de ser el que más unanimidad encontraba en su pueblo. El tiempo ha pasado y él lo sabe: ya no es Tomás Gómez sino Tomás ¿quién? Y va por allí de visita. El síntoma más claro del síndrome del príncipe destronado es volver a las raíces. En el caso de Tomás ¿quién? un instituto de Parla que honra a Tierno Galván donde estudió tan, tan bien, que aquí le ven optando a la Comunidad de Madrid. Se ha puesto como ejemplo de joven que así ha llegado donde está y se acuerda de sus profesores. ¿Qué quieren que les diga? A mí las historias de superación personal me llegan al corazón y ayer, Tomás ¿quién? me llegó. Es como una película de Hollywood pero en castizo, pena que rompiese el clímax hablando de su política educativa. Ahí lo que dijo fue lo de siempre. Se hizo el conquistador, como cuando el que más y el que menos sale de ligue y suelta frases como titulares: se puede ligar sí, pero la trastienda, que es lo que importa, vacía porque a las ideas hay que acompañarlas de hechos.

Hechos para bien y para mal, que de todo hay, es lo que tiene Esperanza Aguirre, que coincidió en Parla con Tomás ¿quién? como los familiares irreconciliables en las bodas: esquivándose. Si uno habló de educación, Aguirre, de Sanidad, de las cosas que más preocupan a los ciudadanos. Dijo otra vez, y las que le quedan, que no habrá copago, que los médicos y cualquier contingencia sanitaria serán gratis. Se sabe pero conviene recordarlo cuando desde el PSOE llevan el copago de romería para ganar votos. Hablemos de lo que no importa pero es importante para ganar elecciones: a Esperanza Aguirre se le sigue como si fuese una estrella de la música o del cine: fotografías capturadas en el móvil, besos, autógrafos… la política trasciende a lo popular. Tiene un tirón que tira para atrás a sus rivales pero cuidadín con no perder el norte. Esperanza tiene los cuatro puntos cardinales bien aprendidos, le gusta y gusta a la gente, pero insisto, cuidadín, que eso se tiene que traducir en votos, no sea que se convierta en famosa sin cargo, que no, que ya lo sabemos. La política la lleva en la sangre y ésta no se mezcla con otras vanidades. O sí, no lo sé. Algún día se lo preguntaré. Por cierto, a pregunta de un amigo de Parla, ¿hay que esperar a las elecciones para que todos vayan allí? Respuesta: va a ser que sí. Dentro de cuatro años nos vemos, en Parla, aclaro.