Ciclismo

País Vasco

La Vuelta del País Vasco

La peña de Igor Antón lloraba sin consuelo en la meta de Peña Cabarga hace poco menos de un año. El pequeño escalador del Euskaltel, vestido con el jersey rojo de líder de la Vuelta, se había caído en la última bajada antes de iniciar el ascenso hacia la meta. Se había roto el codo y, con él, las ilusiones de ser el primero en el final de la ronda española en Madrid.

Igor Antón (I), durante la presentación de la Vuelta / El italiano Vincenzo Nibali (D), ganador de la ronda española en 2010
Igor Antón (I), durante la presentación de la Vuelta / El italiano Vincenzo Nibali (D), ganador de la ronda española en 2010larazon

Igor había superado su peor momento, la desconfianza en sus cualidades que le hizo ser menos de lo que podía ser en sus primeros años como profesional. Igor se tomó la desgracia con tranquilidad. «Otra vez será », dijo. Y espera que sea este año en la Vuelta que hoy arranca en Benidorm. El año en que la Vuelta regresa al País Vasco. La última vez, en 1978, él todavía no había nacido. Han tenido que pasar 33 años y un lehendakari que no pertenece al PNV para que la Vuelta regrese a la que ha sido siempre su casa, al lugar donde más afición hay al ciclismo, popular y profesional, y donde hace 18 años se creó la Fundación Euskadi, el origen del actual Euskaltel, con la ayuda de los empresarios locales y la suscripción popular.

La Vuelta se despidió del País Vasco un 14 de mayo, en una etapa con dos sectores. En el primero, un grupo de radicales abertzales cortó la carretera camino de Durango con tachuelas y tablones. Los ciclistas tuvieron que ser neutralizados en los coches de sus equipos para poder llegar desde Zarauz al esprint en la meta situada en San Sebastián. Por la tarde, en la contrarreloj individual, el numeroso público no tardó en extrañarse de lo que tardaban los primeros corredores en llegar. Estaban retenidos por los manifestantes independentistas. Los tiempos se anularon y la Vuelta la ganó Bernard Hinault. Era la primera para él.

El País Vasco espera de nuevo el paso de la carrera. Será en la última semana. Después de los finales en Bilbao y Vitoria sólo quedará homenajear al vencedor en Madrid. Y uno de los grandes candidatos es Igor.

Llega como único jefe del Euskaltel. Se ha repartido el calendario con Samuel Sánchez. Él se ha ocupado del Giro y de la Vuelta. «Samu», del Tour. En las dos grandes han cumplido objetivos. Los dos ganaron etapas y Mikel Nieve, que acompaña a Antón desde hoy en Benidorm, consiguió otra en la carrera italiana. Le queda cerrar el curso con el triunfo definitivo, 33 años después del último paso por el País Vasco. «Y encima va a pasar por mi pueblo, por Galdácano, por las cuestas en las que he echado los dientes», comentaba ilusionado Antón el día en que se presentó el recorrido de la carrera. «Estamos aquí para Igor Antón; está más fuerte que el año pasado», advierte ilusionado su director, Gorka Gerrikagoitia.

Para impedirlo está Vincenzo Nibali. El italiano fue el ganador el año pasado después de un espectacular duelo con Ezequiel Mosquera en la penúltima etapa, con final en la Bola del Mundo. La caída de Antón privó a la carrera de su esperada pelea con Nibali. Ahora vuelven a encontrarse. El siciliano tiene claro lo que le espera. «No me quiero cargar de presión y sentirme obligado a ganar. Igor y ‘‘Purito'' están un punto por encima de los demás, la carrera es en su casa y están llamados a ser protagonistas», asegura.

Hay muchos corredores que llegan con ánimo de hacer algo grande. Algunos lo hacen con la ilusión de, por fin, ganar una gran Vuelta, como «Purito» Rodríguez. El catalán no ha superado sus problemas contra el reloj, pero la organización le ha ahorrado mucho trabajo. Ha reducido los kilómetros contra el crono a los 47 de Salamanca y a los 13,5 de la contrarreloj por equipos de hoy. «Purito», como ocurre con Igor en el Euskaltel, es la única motivación del Katusha para presentarse hoy en la salida de Benidorm. «Nuestro equipo está construido a su alrededor. Es él quien puede ganar etapas y también la general», reconoce su director, Dimitry Konishev.

Más problemas para elegir tiene Matxin, el responsable de Geox. Tiene a Carlos Sastre y Denis Menchov en un equipo con ganas de recuperar el tiempo perdido esta temporada. No fueron invitados al Tour y a estas alturas lo tienen todo por hacer. Entre sus dos líderes han ganado cuatro grandes, dos Vueltas, un Giro y un Tour. Menchov confía en la contrarreloj de Salamanca. Sastre llega sin un objetivo claro. Para eso ya están Antón y Nibali.


La motivación de Wiggins
Bradley Wiggins ha renunciado al dorsal número 1 de su equipo, pero eso no significa que no llegue con intenciones de pelear por el triunfo en Madrid. Se fracturó la clavícula en el pasado Tour sin que le diera tiempo a probar si estaba en condiciones de aprovechar que Alberto Contador no era el mismo de otros años. Se había exhibido en el Dauphine, pero no ha subido a la bicicleta desde el Tour. «Le falta ritmo de competición, pero está confiado para la Vuelta», asegura su director, Stephen de Jong.