Reino Unido

Los bancos centrales critican la inacción de los gobiernos en la recesión

La Razón
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BASILEA- «Los bancos centrales se ven obligados a prolongar el estímulo monetario mientras los gobiernos actúan de forma rezagada y los ajustes se retrasan». La crítica de los bancos centrales no puede ser más contundente. Ante la inacción gubernamental, han sido ellos los que han actuado para evitar un colapso mundial. Así lo cree el Banco de Pagos Internacionales (BPI), la entidad que agrupa a los supervisores.
En su informe anual, publicado ayer, la entidad asegura que «los bancos centrales de las economías avanzadas han continuado o incluso ampliado sus compras de deuda pública y su respaldo de liquidez al sistema bancario, lo que ha permitido que la economía mundial esté ahora mejor que tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008».
El BPI cita como ejemplo de esta actuación «la oferta del BCE de préstamos bancarios a tres años a finales de 2011 y nuevamente a principios de 2012». Este programa estuvo dotado con 1 billón de euros e incrementó los balances de los bancos centrales del Eurosistema en cerca de 500.000 millones. El BPI opina que este programa «fue decisivo para volver a activar los mercados de financiación bancaria e, indirectamente, reforzar algunos mercados de deuda pública de la zona euro». Pese a dar buenos resultados, para el BPI se trata, sin embargo, de una acción poco ortodoxa forzada por la timorata acción gubernamental. «La extraordinaria persistencia de la política monetaria laxa responde principalmente a la insuficiente actuación de los gobiernos ante los problemas estructurales», dice. El problema, añade, es que podrían estar desvaneciéndose los efectos positivos de estos esfuerzos, al tiempo que aumentarían sus efectos secundarios negativos. «Sería un error pensar que los bancos centrales pueden resolver cualquier problema económico y financiero: no pueden inducir el desapalancamiento, no pueden corregir los desequilibrios sectoriales y no pueden resolver problemas de solvencia».
Entre las economías avanzadas, el banco identifica como las que más sufren las secuelas del profundo desplome de la actividad crediticia e inmobiliaria a España, EE UU, Irlanda y el Reino Unido. El BPI recuerda que «el derrumbe de la construcción y otros sectores relacionados con la actividad inmobiliaria fue particularmente severo en España y EE UU» y tendrá efectos duraderos en el desempleo. Además, añade que el sector empresarial no financiero de España, Irlanda y el Reino Unido no se ha desapalancado.