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Gracias por comprar por Enrique Miguel RODRÍGUEZ

La Razón
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Lina Morgan hizo famoso «gracias por venir», así daba la bienvenida a los espectadores que abarrotaban el teatro de la Latina, del que era cabecera de cartel y además propietaria. Ella hizo bueno aquello de que el teatro para la que lo llene, pero lo consiguió, como quiere el presidente Rajoy que se hagan las cosas, por derecho, con mucho trabajo y con ambición de la buena. Mucho mas modesto quiero dar las gracias a los que compran todos los días un periódico, el que sea, lógicamente prefiero que sea éste. Porque son tantos los que dan por hecho que los periódicos tal como los conocemos, tienen fecha de caducidad, que todo el que se acerca a un kiosco a comprar un ejemplar, merece mi agradecimiento eterno. No quiero ponerme «semental», como decía una conocida folclórica, que en estas fechas las lágrimas a la menor ternura, se vuelven cataratas. Aproveché que el sorteo de la lotería llenaba las mañanas radiofónicas, por tanto no tenía trabajo, y me dediqué a las compras. Indudablemente el centro este año invita a ello, zonas peatonales muy bien decoradas, transportes públicos que te dejan cerca de todo y aparcamientos como el de la puerta de Jerez, cómodos y siempre con plazas libres. El sol, la luz, esos lujos por los que los sevillanos terminaremos pagando algún impuesto, y lo veré razonable, porque lo que disfrutamos casi todo el año, es un agravio comparativo para el resto de los ciudadanos de la Unión Europea. Lo que decía, magnífico tiempo que invita a tomarte un oloroso en una terraza al aire libre. Me encontraba como fuera del tiempo, al fondo la Torre Pelli, pensé en lo adelantado que fue a su tiempo el Rey Nemrod, aquel que mandó a construir el primer rascacielos, ya saben, el de Babel. Hay que reconocer que Dios se puso tremendo con el muchacho. Y ya ven, pasados unos miles de años, ahí está la Torre Pelli construyéndose tan ricamente. Verán que el oloroso hizo sus efectos. Sólo me queda desearles mucha felicidad.