Motociclismo

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Del quirófano a la victoria

Hace 26 días, Dani Pedrosa salía dolorido de su último paso por el quirófano. Se acababa de liberar de la placa de titanio y los tornillos que le habían puesto para solucionar una triple fractura de clavícula, y que se habían convertido en un enemigo que adormecía el brazo izquierdo del piloto.

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Ayer, todavía en pleno proceso de rehabilitación y con mucho dolor en la extremidad, Dani se destapó con una carrera perfecta, culminada con un triunfo incontestable. «Ha sido el mejor hoy (por ayer) y ha merecido la victoria. No he podido frenarlo. Sólo queda felicitarle. Ha estado rápido e inteligente. Yo he hecho todo el desgaste y él ha llegado más fresco al final», resumía Lorenzo. El vigente campeón sigue líder del Mundial, pero ya sabe quién es la principal amenaza. Ahora sólo tiene cuatro puntos de ventaja respecto a Pedrosa y, si Stoner no espabila, el campeonato puede convertirse dentro de muy poco en un asunto a resolver entre los dos españoles.

La carrera de Estoril fue de pizarra, de estrategia. Entre los cuatro primeros sólo hubo dos adelantamientos, pero tan poco movimiento no significó que la emoción fuese escasa. Simoncelli, después de su pique ante la prensa con Lorenzo, se cayó él solito en la primera curva, como si la responsabilidad le hubiera superado. Rossi y Dovizioso se quedaron atrás peleando por el cuarto puesto, y Stoner, con dolores en la espalda, se aburría en la tercera posición. Unas curvas más adelante Lorenzo y Pedrosa se jugaban la victoria. Fue una partida larga y tensa, con pocos cambios, pero decisivos. Jorge salió bien, se puso por delante y Dani se pegó a su rueda. Hasta ahí las certezas, todo lo demás eran preguntas sin respuesta.

Podía ser que Lorenzo estuviese tirando a tope para despegarse y no lo consiguiera, o que prefiriese guardarse algo bajo el acelerador. Las incógnitas eran las mismas con Pedrosa. ¿Se quedaba detrás esperando su oportunidad? ¿Estaba sufriendo para mantenerse cerca o también le quedaba alguna carta por jugar? Fueron 24 vueltas con la respiración mantenida, esperando que sucediese algo que decantase las apuestas. El de Yamaha es un especialista en las segundas partes y lo normal es que a Dani le fallase el físico con el paso de los kilómetros. Era lo más probable, aunque sucedió exactamente lo contrario. A cuatro giros para la bandera de cuadros, el de Honda dio un puñetazo en la mesa en forma de adelantamiento, y se lanzó al triunfo.

El contragolpe de Jorge nunca llegó, mientras la diferencia entre ambos se ampliaba con facilidad. El dolor se mezclaba con la alegría dentro del casco del piloto barcelonés, que no preveía una recuperación tan exitosa: «No sé cómo lo he hecho. Doy las gracias a los médicos y fisios que me han permitido estar aquí. No esperaba ganar. Sentía dolor, pero no adormecimiento. Es un éxito rotundo. Ganar después de la operación ha sido alucinante».