Ceuta
Con viento de Levante
Marruecos es un vecino del que tenemos que cuidarnos porque el peligro nos viene del sur a través del Estrecho y en épocas de debilidad de nuestro Gobierno siempre busca sacar rentas. Ahora que España va a la deriva, y perdido el crédito exterior, nos recuerdan su vieja reivindicación sobre Ceuta y Melilla para acabar con la «ocupación» de estas dos ciudades españolas, hecho anacrónico, nos dicen, con el espíritu de los tiempos. Pero se les olvida que no se les devolvería ningún territorio. Nuestras dos ciudades jamás han sido marroquíes, siempre han sido españolas, anteriores al reino de Marruecos, que era un sultanato, y por tanto no hay nada que recuperar sino conquistar. Quieren también las islas frente a las costas de Marruecos: Alborán, Chafarinas y Perejil. Sí, Perejil, esa isla que ocuparon durante horas aunque no viviese allí ni la cabra de la Legión. Pero no se podía ceder ni un milímetro. Y por eso, con EE UU como aliado y una decisión política acertada del Gobierno Aznar, «al alba y con tiempo duro de Levante» salen los 28 soldados españoles que pisan tierra a las 6:21 a.m. y a las 7:30 a.m. izan la bandera nacional en lo alto de la isla. Bromas, las justas. Y fue una demostración de que hay que defender los principios y nuestra soberanía. Repasar la historia de Ceuta y Melilla es recordar la grandeza, el valor, entrega y lealtad de sus habitantes con España.
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