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Ingredientes a partir de microalgas para reforzar las defensas

Investigadores españoles logran las primeras evidencias científicas de las variedades Chlorella y Spirulina como ingredientes para alimentos orientados a estimular el sistema inmunológico. Galletas, salsas y productos lácteos se posicionan como los productos seleccionados para su posterior comercialización 

Ingredientes a partir de microalgas para reforzar las defensas
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Tradicionalmente el empleo de las algas en la cocina era patrimonio de la dieta oriental, pero ahora su presencia cada vez resulta más habitual en el menú occidental debido a su riqueza nutricional. Ahora, se han obtenido las primeras evidencias científicas de la aplicación dos microalgas, Chlorella y Spirulina como ingredientes para alimentos saludables orientados a estimular el sistema inmunológico. El proyecto Inmugal, liderado por Ainia Centro Tecnológico y que se inició en septiembre de 2009, es una de las pocas investigaciones que se han realizado a nivel internacional de aplicación de cultivos de microalgas para alimentación humana y acuicultura.


«Existen referencias, sobre todo en la Spirulina, tanto en humanos como en animales, que avalan su uso y consumo desde tiempos ancestrales. Había indicios de que tuviesen una gran cantidad de compuestos beneficiosos que se podían incluir en las dietas en las que habían carencias», explica Mercedes Villa Carvajal, técnico del departamento de Ingeniería y Procesos de Ainia Centro Tecnológico.


USO GENERALIZADO
Su riqueza en vitaminas, ácidos grasos, aminoácidos esenciales y polisacáridos sirve de ingrediente activo para alimentos que, según Villa, «puedan reforzar las carencias nutricionales de aquellas personas con un déficit en defensas, como niños, ancianos o en situaciones especiales de estrés o de enfermedad». Como prueba de ello, continúa la experta, «hemos seleccionado varias matrices alimentarias, pero con el objetivo de que sean alimentos de uso generalizado en Europa y, por tanto, en España, y que resulten normales para su consumo como galletas, salsas y productos lácteos. Vamos a probar que tiene una adecuada funcionalidad, resistencia gastrointestinal, es decir, que el ph del intestino no lo destruye, sino que sigue activo». Asimismo, prosigue, «se ha reducido un 25 por ciento el tiempo de cultivo frente a otros sistemas, convirtiéndolo en un paso importante para posibilitar su utilización industrial».


Si todo marcha según lo previsto, desde Ainia creen que «para incluirlo como ingrediente podría tener un tiempo de desarrollo de producto de en torno a un año y medio. En el caso de que quieran anunciar su efecto saludable, habrá que esperar a los ensayos clínicos y a la tramitación legal, pero no es algo que veamos muy a largo plazo».
A diferencia de las variedades que se toman en el plato como Nori, Kombú o Wakame, entre otras, Concepción Maximiano Alonso, vocal de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Addinma) aclara que «Chlorella y Spirulina no se emplean en la cocina, sino como complemento dietético. Su perfil nutricional permite que sean una buena herramienta para uso dietético, como complemento en situaciones especiales como en casos de carencias nutricionales o estrés, entre otros».


Esta misma opinión la comparte Diana Ansorena, subdirectora del Instituto de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Navarra, quien añade que «de las microalgas se obtienen, por extracción, aceites ricos en ácidos grasos omega-3, que se consumen a modo de complementos o que se emplean para el enriquecimiento de algunos alimentos».