Venenoso Lorenzo

Jorge Lorenzo llegó a Mugello con un nuevo diseño para su mono y su casco. En el dibujo se adivinaban los poderosos colmillos de un animal de escamas oscuras, que el mallorquín había elegido como inspiración en su camino hacia el título. Se trataba de la mamba negra, la serpiente más rápida y grande de África, famosa por su instinto asesino y por tener un veneno tan letal como lo fue la actuación de Jorge en Italia.

Con este nombre conocen en la NBA a Kobe Bryant y en el mundo del tenis a Serena Williams. Ahora es una de las nuevas señas de identidad de Lorenzo, que ya utilizó en el pasado el concepto de «ángel y demonio» y el del «martillo y la mantequilla», que representaban sus dos formas de pilotar, una muy agresiva y otra más suave, en función de lo que requiera cada carrera.

Ayer, el «99» utilizó una mezcla de ambos estilos para dejar a sus rivales sin respuesta y ampliar de forma considerable su ventaja al frente del Mundial. Aunque la «pole» fue para Pedrosa, ya se intuía que el mejor ritmo lo tenía el de Yamaha. Y vaya si lo tenía, porque llegó a la meta en solitario y conduciendo con una sola mano, mientras con la otra saludaba al público situado junto a las últimas curvas del trazado toscano. Le sobraron vueltas para superar la resistencia de Pedrosa, el único que pareció con alguna posibilidad de discutirle el triunfo.
«Parece simple, pero ha sido duro. Al principio no he logrado escaparme; luego, cuando lo he conseguido, me he relajado, he pilotado mucho más fluido y sí ha sido relativamente más fácil», analizaba Jorge, que, tras ser arrollado por Bautista en Assen, ha vuelto a poner las cosas en su sitio en la clasificación general (19 puntos de ventaja sobre Pedrosa). Dani le aguantó hasta que se dio cuenta de que para seguirle tendría que estar en cada giro muy cerca de su mejor tiempo del fin de semana. Le persiguió durante varias vueltas a un segundo de distancia, aunque al final terminó a más de cinco y con el único objetivo de sumar los 20 puntos que corresponden al segundo clasificado. Lo lógico es que Stoner hubiera estado entre los dos españoles, o luchando con uno de ellos por los lugares de podio, pero nada más lejos de la realidad. Casey firmó una de sus peores actuaciones del curso y a punto estuvo de pagarlo con Bautista, con el que tuvo un toque que pareció fruto de la impotencia y que quedó en nada. «He ido a adelantarlo en la curva dos y él ha empezado a cerrarse hasta llegar a mi rueda delantera. No he podido hacer nada», explicaba el australiano, frustrado por su mal día y su retroceso en el camino hacia el título con dos errores consecutivos. En Alemania se fue al suelo a falta de pocas curvas y ayer tuvo una salida de pista cuando viajaba en un lugar del pelotón que no es habitual para él. Muy por delante, Lorenzo marcaba el paso con la precisión de un reloj caro y la voracidad de la serpiente que ha puesto en su casco para simbolizar la forma en la que va a pelear para ser otra vez campeón de MotoGP.