Iglesia Católica
Cohesión social
Se suponía que uno de los grandes retos era la cohesión social. Sin embargo, a muchos se lo ponen difícil, como a los excluidos laboralmente, eliminados moralmente, desoídos social y políticamente… y ahora funcionarios. Hay que recortar gastos, pero sin tocar ministerios, como el nacido para igualarnos pero empeñado en diferenciarnos y restar valor a la vida humana. Tampoco vayamos a centralizar funciones que podrían optimizar España, porque puede haber quien se moleste. Mucho menos vayan a salpicar los ajustes a los altos cargos. Pero la seguridad de los españoles, cada vez más amenazada, es susceptible de rebajas.Suerte que muchas organizaciones siguen ofreciendo el cariño y apoyo que no dan otros. Como el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, que esta semana organizó un acto inolvidable. Gracias a mi admirada Teresa Jiménez Becerril por sus valientes palabras beligerantes y alentadoras, a Antonio García Barbeito, por su maestría y sensibilidad, quien no lloró, es de corazón duro. Gracias a los que mantenéis vivo el compromiso con las víctimas, a los luchadores que no se rinden ni se venden, porque sus voces son nuestra esperanza. Dicen que todo tiene un precio, pero dignidad, memoria y justicia, no están en venta. Estos y otros valores serían una buena plataforma para la «buscada» cohesión social. Lo triste es que, en realidad, ése es el fin que menos importa.
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