La cripta de Gaudí ya fue agredida de forma salvaje en la Guerra Civil

Barcelona- No es la primera vez que esta zona del templo de la Sagrada Familia es objeto de una agresión que pone en peligro su patrimonio. El 21 de julio de 1936, en los primeros días de la Guerra Civil en Barcelona, varios salvajes entraron en esta zona del recinto religioso, al igual que se hizo con varias iglesias de la ciudad.
En aquella ocasión se profanó la tumba de Josep Maria Bocabella, fundador del templo, y quedando sorprendentemente intacta la de Gaudí, situada a pocos metros. El mismo día fue arrasado el que fuera taller del arquitecto modernista, perdiéndose para siempre numerosos planos y buena parte de las maquetas que Gaudí había dejado para que se pudiera acabar su gran obra. Hasta 1939, los discípulos de Gaudí no pudieron evaluar qué se perdió en los saqueos y en qué estado había quedado la cripta de la Sagrada Familia.
En esta ocasión, a diferencia de lo sucedido en 1936, el patrimonio realizado por Antoni Gaudí no ha quedado afectado, por lo que no hay que lamentar pérdidas de trabajos del maestro modernista, tal y como remarcó ayer Joan Rigol, presidente de la Junta Constructora de la Sagrada Familia. Tampoco ha pasado nada con el relieve de Josep Llimona, ni con varias obras de hierro de Gaudí. Sí han quedado muy afectadas, alguna de ellas destruida, varias piezas de tela, entre las que resaltan casullas, algunas de ellas con varias décadas de antigüedad.