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Medidas contra la crisis

La Razón
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El anuncio hecho ayer por el ministro de Economía, Luis de Guindos, de que España entrará en recesión en el primer trimestre del año confirma la gravedad del estado de la economía española. El hecho no debería sorprender en exceso pues el hoy presidente del Gobierno, y entonces candidato popular en la campaña electoral, Mariano Rajoy, alertó ya a los votantes de que la situación era realmente mala al decir que no «iba a haber milagros». Ni es posible, en tan sólo unos días de gestión, evitar que el último trimestre del año se hunda en cifras negativas, ni tampoco lo es cambiar el signo de la economía en cuestión de tres meses. Lo que se puede y se debe hacer es decir la verdad a los ciudadanos, que es precisamente lo que acaba de hacer Luis de Guindos con su estimación.

La principal tarea de Rajoy es la de crear empleo y cambiar cuanto antes el signo de la crisis, y a ello dedican hoy todos sus esfuerzos los nuevos equipos de Economía, Hacienda y Empleo. Para lograrlo es preciso conocer, sin trampas ni cartón, la realidad de la contabilidad pública. El diagnóstico resulta básico a la hora de elaborar los planes para la recuperación y poder aplicar los nuevos criterios de ahorro y de gasto. Porque cumplir el objetivo de déficit marcado por el anterior Gobierno no parece posible tras una gestión desastrosa en sus planteamientos económicos, ineficaz en sus recetas contra la crisis, insultante en sus políticas de subvenciones y sorprendente en el agujero de las empresas públicas, que aumentó un 11% más en el último ejercicio. Deben en total 57.170 millones que, si bien no se contabilizan directamente en el déficit , sí evidencian el desparpajo de los gestores colocados por el Ejecutivo socialista.

Rajoy y sus colaboradores no ignoraban el reto al que España debe hacer frente y, en espera de los primeros resultados, cabe destacar la celeridad con que el Gobierno se ha puesto manos a la obra. El próximo viernes, tras el Consejo de Ministros, se conocerá el primer paquete de medidas anticrisis, pero LA RAZÓN adelanta hoy algunas de las líneas para sanear las cuentas públicas. Entre ellas destacan las reducciones que se aplicarán a los funcionarios, que verán congelado su sueldo un año más, o las transferencias a entes territoriales y otros organismos. Y se acaba, además, con la alegría de las subvenciones que ha caracterizado a ministerios como Asuntos Exteriores y Cultura. Pero la hora del ahorro llega para todos los departamentos, desde los altos cargos y el personal eventual hasta los ministerios con mayores inversiones, como el de Fomento. El mensaje de Rajoy es claro: la salida de la crisis es tarea de todos y es imprescindible demostrar austeridad y reducir los gastos de la Administración antes de exigir más sacrificios a los ciudadanos.