Londres
Para empezar suspenso en geopolítica
Empezar pidiendo perdón por un error imperdonable es el peor escenario para el Comité Organizador de unos Juegos Olímpicos, la gran parada del deporte universal, pero si la confusión se produce entre dos países en guerra el fallo adquiere dimensiones de pesadilla.
El LOCOG (Comité Organizador de Londres 2012) ha estrenado la competición olímpica con una admisión de culpa seguida de una presentación de disculpas a la delegación norcoreana para atajar la amenaza de un incidente diplomático, el primer día de competición.
El desconcierto cundió entre jugadoras y técnicos del equipo femenino de Corea del Norte cuando, al ser presentadas las futbolistas en el estadio de Glasgow, antes del partido contra Colombia, contemplaron en los videomarcadores, junto a su foto, la bandera de Corea del Sur.
Puestos a trocar las enseñas, los organizadores de Londres habían resuelto llevar su confusión al grado máximo: mostraron justamente la bandera del país con el que el Gobierno de las protagonistas está oficialmente en guerra.
"Claramente, fue un error. Pedimos disculpas al equipo y al comité olímpico nacional y adoptaremos las medidas para asegurar que esto no vuelva a ocurrir", confesó el LOCOG. Para entonces el partido entre Corea del Norte y Colombia había empezado, pero con 65 minutos de retraso.
La frecuencia con que se producen en el deporte mundial errores similares confirma que la meticulosidad no está, precisamente, entre las cualidades de los encargados de gestionar himnos y banderas en los estadios.
Con un precedente tan embarazoso, la ceremonia inaugural, este viernes, promete sobresaltos sin cuento para los organizadores porque en el estadio, a la vista de 62.000 espectadores in situ y otros cientos de millones más por televisión, desfilarán miles de atletas, 10.000 voluntarios, 70 ovejas, 12 caballos, 10 gallinas, tres vacas, dos cabras, varios perros y gansos... ¡y 204 banderas!
Los responsables de los Comités Olímpicos Nacionales tendrán que acudir al estadio provistos de prismáticos de largo alcance para detectar posibles suplantaciones de banderas y presentar, en su caso, sus airadas protestas.
Este mismo mes, en Foz de Iguazú (Brasil), los jugadores de la selección española sub 20 de fútbol tuvieron que escuchar, antes del amistoso contra la canarinha absoluta, el himno del vecino Portugal.
El deporte español empieza a estar acostumbrado a este tipo de incidentes. El ciclista Alberto Contador, tras conquistar el Tour en 2007, fue homenajeado con el himno...de Dinamarca. Caprichos de la tecnología o mayúsculo despiste humano del pinchadiscos.
Cuatro años antes, en la final de la Copa Davis entre Australia y España en Melbourne, James Morrison, un reputado trompetista australiano de 41 años, interpretó en honor del equipo español un "solo"del "Himno de Riego", que databa de casi doscientos años antes y había recobrado notoriedad en tiempos de la guerra civil.
En el Mundial de balonmano de 1999, disputado en El Cairo, la selección española escuchó impertérrita el himno de Marruecos en los instantes previos al partido que les debía enfrentar con Argentina.
La atleta ecuatoriana Martha Tenorio vivió una experiencia similar en los Bolivarianos de Perú 1997 cuando, al recibir su medalla de oro en la prueba de 10.000 metros, tuvo que escuchar el himno de Perú. El incidente, calificado como un simple error por los organizadores, afectaba a dos países que intentaban avanzar en un proceso de pacificación tras enfrentarse en una guerra en 1995. Los Juegos de Londres, a juzgar por el estreno, promete un abundante incremento del repertorio de fallos.
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