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Enfermedades

La enfermedad del fumador se extenderá como una epidemia a las mujeres

En España, la EPOC es un problema de salud que afecta a más de dos millones de personas. En el XIII Encuentro A TU SALUD, los expertos no sólo dieron las claves de su infradiagnóstico sino que apuntaron soluciones, como un mayor protagonismo de la enfermería 

La enfermedad del fumador se extenderá como una epidemia a las mujeres
La enfermedad del fumador se extenderá como una epidemia a las mujereslarazon

La enfermedad conocida como el mal del fumador, la EPOC, dejará de ser una etiqueta exclusiva de los varones en unos años. Así lo han predicho en el XIII Encuentro A TU SALUD, organizado por Novartis y LA RAZÓN, el panel de expertos reunidos con motivo del Congreso Europeo de Enfermedades Respiratorias. Cada calada del fumador resta vida a sus pulmones, pero poco a poco y casi sin que se dé cuenta, por lo que la tos y las dificultades respiratorias que dan la cara de forma lenta, se ven como normales y se pasan de largo.
De ahí uno de los mayores problemas de la enfermedad que sufren 2.185.764 españoles, de los que siete de cada diez desconocen que la padecen, como apuntaba en la mesa redonda Julio Ancochea, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid. En este sentido, otros, de los participantes, Joan B. Soriano, director de Epidemiología e Investigación Clínica de la Fundación Caubet-Cimera (Centro Internacional de Medicina Respiratoria Avanzada), subrayó el aserto y añadió que «en pocos años veremos un incremento de EPOC en mujeres, ya que han sido las últimas en incorporarse a este terrible hábito y poco a poco iremos observando las consecuencias en ellas».


Con el fin de evitar llegar tarde al momento del diagnóstico, los especialistas se plantean la posibilidad que mediante formación en Atención Primaria la enfermería podría cobrar un papel importante en la detección precoz. La sencilla prueba que se debe realizar en estos casos, la espirometría, apenas ronda de unos 20 a 30 euros, aunque lo necesario para poder llevarla a cabo es tiempo y conocimiento. Sin embargo Ancochea recalcó que este procedimiento diagnóstico «está contemplado en la Estrategia Nacional de EPOC, aprobada por el ministerio; sólo es cuestión de que quede reflejado en las políticas autonómicas, ya que hay diferencias a la hora de que lo lleven a cabo». La espirometría es una asignatura pendiente en Atención Primaria y no en todas las comunidades se realiza de forma rutinaria.
Por su parte, Juan Ruiz Manzano, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), apuesta de forma clara por un endurecimiento de la Ley antitabaco. «Con la subida de precios de las cajetillas hemos conseguido disminuir el consumo entre un ocho y un diez por ciento», apunta Ruiz Manzano. Si no se prohibe, al menos encarecer el precio del tabaco ayudaría, a través de los impuestos que se recaudan, a pagar los tratamientos. «En la actualidad, los costes de la enfermedad ascienden a unos 14.000 euros al año, con lo que se recoge de las tasas de cada cajetilla, se cubren unos 9.000, pero aún hay unos 5.000 de déficit, que se cubrirían con una nueva subida de precios», añade Ruiz Manzano. Por ello, sostienen que financiar los tratamientos para dejar de fumar es sostenible económicamente: «Más caros son otros medicamentos para otras patologías como las estatinas, en el caso de las enfermedades cardiovasculares o las terapias biológicas en oncología», apunta Soriano. Así, el precio del tabaco en España ha convertido al país, como denuncian los expertos en la mesa, «en el estanco de Europa, en un aliciente negativo para el turismo extranjero».


Sin embargo no todo son malas noticias en esta enfermedad respiratoria, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS), pese a sus negras previsiones de futuro, considera ya al tabaquismo como una enfermedad, que necesita de tratamientos, «no sólo sintomáticos, sino también de deshabituación», manifiesta Ancochea. Y, como apunta Soriano, «ya no es una enfermedad tan desconocida, dado que hay estrategias nacionales –con dotación económica– y un buen arsenal terapéutico para abordarla de la mejor manera posible».
 

«Se prevé un aumento de la incidencia de la enfermedad»
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es un trastorno que causa gran morbilidad y mortalidad a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que todos los años provoca la muerte de al menos 2,9 millones de personas, siendo hoy la cuarta causa global de mortalidad y pasará a ser la tercera en 2020. Además, la OMS indica que en 2030 la EPOC será la causa del 7,8 por ciento de todas las muertes y representará el 27 por ciento de las relacionadas por el tabaco, sólo superada por el 33 por ciento por cáncer y el 29 por ciento por enfermedades cardiovasculares. Además de la EPOC como causa de muerte, es de prever que también las cifras de prevalencia aumenten bien entrado el siglo XXI, tanto en España como a nivel internacional. El primer determinante y factor causal más relevante de EPOC es el tabaco, a cuya exposición histórica se asocia mayormente la distribución actual. Hoy, en España el 31,5 por ciento de la población adulta ha fumado a diario u ocasionalmente en el último año. El 27,3 fuma a diario, el 4,2 es ocasional, el 20,2 se declara ex-fumador y el 48,4 nunca lo ha hecho. Según los últimos datos disponibles del Centro Nacional de Epidemiología, en el año 2005 murieron en España 17.571 personas (74 por ciento hombres y 26 por ciento mujeres). Esta cifra se ha incrementado desde 1980 con tendencia a estabilizarse en los últimos años. En España la EPOC es la quinta causa de muerte entre los varones, con una tasa anual de 61 muertes por 100.000 habitantes, y la séptima para las mujeres, con una tasa anual de 20 muertes por 100.000 habitantes en el año 2005. La tasa de mortalidad anual aumenta significativamente por grupo de edad. Finalmente, cabe destacar que la mortalidad de la EPOC no es homogénea en España, con una amplitud de rango de 2,0 en hombres y de 4,5 en mujeres según comunidades.
 

«Los pacientes infravaloran los síntomas y se adaptan a ellos»
Con frecuencia, los pacientes infravaloran los síntomas y adaptan su grado de actividad física para reducirlos. En general, los atribuyen a la edad y al consumo del tabaco y no le dan más importancia. Éste es el principal motivo de que la EPOC sea una enfermedad tan infradiagnosticada (73 por ciento). Dada la magnitud del problema, para enfrentarse al mismo con garantías es necesario utilizar unas herramientas de trabajo plenamente validadas como son las Guías de Práctica Clínica, también conocidas como Normativas.
Dichas guías están consensuadas y realizadas por los expertos en el tema y proporcionan las recomendaciones para actuar frente a cualquier situación de la enfermedad. De esta manera se evita la variabilidad del acto médico y se garantiza la calidad de la asistencia sanitaria. Las guías elaboradas por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) tienen reconocido prestigio y son ampliamente utilizadas. La Guía de diagnóstico y tratamiento de la EPOC ha sido publicada recientemente en colaboración con la Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT) en la revista oficial de ambas sociedades, que es «Archivos de Bronconeumologí» (2008). Para intentar conseguir controlar en cada momento al paciente de forma escalonada deben seguirse las recomendaciones que se exponen de forma resumida. De todas las medidas, la más importante y definitiva para evitar el desarrollo y progresión de la EPOC es la supresión del tabaco. El tratamiento farmacológico es básico para el control de la enfermedad y los broncodilatadores son los protagonistas principales del proceso. Por tal motivo se está investigando muy activamente sobre ellos y en breve se van a introducir en el mercado nuevos productos que van a ampliar el abanico terapéutico.
 

«Era necesaria una estrategia nacional»
La EPOC es una enfermedad que se caracteriza por la presencia de limitación crónica, progresiva y poco reversible al flujo aéreo, asociada a una reacción inflamatoria anómala, debida principalmente al humo del tabaco. A pesar de ser una enfermedad grave y muy invalidante que presenta frecuentes manifestaciones extrapulmonares y comorbilidades asociadas a la propia enfermedad, al tabaquismo y al envejecimiento, se trata de un proceso prevenible y tratable. De lo dicho hasta ahora no resulta difícil identificar y enumerar toda una serie de razones que justifican la puesta en marcha de una Estrategia en EPOC para el Sistema Nacional de Salud (SNS). Con este plan, que fue aprobado por el Consejo Interterritorial del SNS el 3 de junio de 2009, se definen las siguientes líneas estratégicas: prevención y detección precoz, atención al paciente crónico, atención al paciente con exacerbación, cuidados paliativos, formación de profesionales e investigación. Algunos datos muestran la necesidad de este plan. Se ha estimado que, globalmente, los gastos totales asociados a la EPOC equivalen al dos por ciento del presupuesto de Sanidad y el 0,2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) español. Así pues, el impacto que la EPOC genera sobre el SNS es considerable. Datos de la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria de 2005 indican que la EPOC supone de forma global el 9,3 por ciento del total de altas hospitalarias por enfermedades del aparato respiratorio en mujeres y el 28,2 por ciento en varones, siendo en estos últimos la principal causa de alta hospitalaria por enfermedad del aparato respiratorio en el grupo entre 55 y 89 años, alcanzando el 6,5 por ciento de todas las altas hospitalarias y el 42,5 por ciento de todas las altas relacionadas con enfermedades del aparato respiratorio.