Asia

Nueva Delhi

«La avalancha se tragó todo el campamento 3»

El número de fallecidos en la avalancha que se produjo el pasado domingo en la cordillera del Himalaya ha ascendido a 11, después de que un alpinista alemán muriera mientras recibía tratamiento médico en un hospital de la capital nepalés, Katmandú. 

«La avalancha se tragó todo el campamento 3»
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A la alpinista Edita Nichols le sorprendió el fuerte alud en plena madrugada. En cuanto se puso a salvo en el campo base, escribió en su blog para tranquilizar a sus familiares y amigos: «Se ha producido una avalancha en Manaslu, justo encima del campamento 2, sobre las 4:30 de la mañana... Todo el campo 3 ha desaparecido, creo que hay 18 personas desaparecidas... Era enorme. Salimos despedidos unos 10-20 pies del campamento, dentro de nuestras tiendas de campaña, pero estamos todos a salvo, sin lesiones». Como narra Nichols, en el campo 3, a unos 7.400 metros de altitud, un alud sepultó a los excursionistas que en ese momento estaban desayunando, o durmiendo, para seguir su subida al pico Manaslu, de 8.163 metros, en el Himalaya nepalí.

El grupo del campo 3 estaba formado por unas 25 personas, principalmente alemanes, franceses e italianos, acompañados de personal local. Aunque el alud también afectó al campo 2, a 6.600 metros de altura, precisamente donde se encontraba el ciudadano español Martí Gasull.

Asistencia consular
Gasull, un catalán de 43 años, había contratado los servicios de la agencia Seven Summit (Siete Cimas) para llegar al Manaslu, la octava montaña más alta del mundo. La agencia Seven Summit reconoció a Efe que el barcelonés escalaba en solitario, sólo acompañado por su sherpa nepalí, quien pudo sobrevivir al alud y ser rescatado. El alpinista español «se encontraba en el campo 2, cuando la avalancha, que se había originado a 7.400 metros en el campo 3, lo sepultó y su cuerpo no podrá ser trasladado hasta hoy [por ayer]», dijo Yogendra Tamang, de Seven Summit. Horas antes, fuentes diplomáticas del Ministerio de Exteriores aseguraron a este diario que había un español entre las víctimas y que ya se habían puesto en contacto tanto con sus familiares como con la Embajada en Nueva Delhi –de la que depende la de Katmandú– para prestar asistencia consular. Los alpinistas y esquiadores extremos Bohm, Sebastian Haag y Greg Hill también se encontraban en la montaña pero por casualidad.

El primer objeto de su expedición era el de realizar el récord de velocidad en el Cho Oyu, de campo base a campo base en menos de 24 horas. Sin embargo, el Gobierno de China, por las tensiones con Tíbet, les impidió el paso, por lo que finalmente se decantaron por intentar el hito en el Manaslu. «Una avalancha enorme arrasó el campo 3, pillando a mucha gente en sus sacos de dormir, hay muchos muertos, muchos heridos», escribió el canadiense Hill en su perfil de Facebook. «Por suerte nuestro equipo está bien, y ayudó en el rescate. Glen Plake también está bien, pero mi corazón está con todos los demás». Hill, que además graba las peripecias de los esquiadores, ayudó a Plake, el archiconocido «freeskier» californiano al que se le reconoce por su gran cresta y por sus audaces bajadas– a salir de una grieta de un glaciar. Plake explicó que estaba metido en su saco de dormir, con su linterna, leyendo, cuando escuchó un estruendo. Su compañero pensó que era una fuerte ráfaga de viento, pero al segundo se dio cuenta de que era una avalancha. Plake fue arrastrado unos 300 metros hasta un serac –gran bloque de hielo que forma parte de un glaciar–, todavía dentro de la tienda de campaña. Trey Cook, redactor de EpicTV, señaló que su amigo Glen Plake, protagonista del vídeo extremo de esquí más famoso, le llamó y le dijo: «Estoy bien, un poco como si me hubieran dado una paliza; me faltan algunos dientes y tengo un ojo morado».

Pero otros como el alemán Christianmetteu Meyer y su sherpa Babu Dorje no tuvieron tanta suerte como los anteriores, ya que sus muertes fueron confirmadas por las autoridades de Nepal. También desde Francia se esperan malas noticias, pues el Sindicato Nacional de Guías de Montaña (SNGM) indicó a la Prensa gala que habría cuatro franceses entre los muertos y tres entre los de-saparecidos y «hay pocas esperanzas de rescatar a estos últimos», según el vicepresidente de la SNGM, Christian Trommsdroff. Ashish Khanal, periodista nepalí de «Disaster report», recuerda a LA RAZÓN que el Manaslu es un pico muy empinado y escarpado, por lo que alcanzar la cima supone un gran riesgo. «Es el cuarto pico más peligroso del mundo, sólo detrás del Annapurna, Nanga Parbat y el K2». Y pone como ejemplo la avalancha que en 1972 acabó con la vida de 15 alpinistas. Khanal añade que ayer ya se paralizaron las tareas de rescate, debido a la mala percepción de los helicópteros por las nubes y la espesa niebla. Todavía no se conoce la cifra exacta de todos los afectados por la catástrofe, que entre los dos campos podrían sumar las 50 personas. Según fuentes del Ministerio de Turismo del Nepal, un total de 231 alpinistas extranjeros recibieron permisos para escalar el Manaslu durante la temporada de otoño, que finaliza en noviembre. De hecho, según el presidente de la Federación Española de Alpinismo, Joan Garrigós, la masificación de la montaña eleva la probabilidad de que sucedan este tipo de casos: «Antes en la montaña nos conocíamos todos. Ahora, pagando 20.000 euros, cualquiera puede subir al Everest».