Cataluña
Salud un sector cuya sostenibilidad peligra
Consenso, consenso y consenso. Ésta es la característica que los agentes sanitarios coinciden en resaltar de la forma de trabajar de Marina Geli, consejera de Salud de la Generalitat.
Es difícil hacer balance de la labor desempeñada en los últimos cuatro años por Geli, porque lleva al frente de este departamento desde el año 2003, cuando se selló el primer tripartito que se situaría al frente de gobierno catalán. Además, la consejera socialista no se ha cansado de repetir que, más allá de hacer frente a «lo urgente» del sistema sanitario, su tarea también consiste en diseñar un sector que dé respuestas para los próximos 20 años. La crisis económica ha querido jugarle una mala pasada y situarla en una posición de difícil equilibrio entre las necesidades de los ciudadanos y las de modelo sanitario –que incluye a profesionales, infraestructuras, compra de servicios y medicamentos, entre otros muchos aspectos–.
Si se le pregunta a Geli cuáles han sido los momentos más duros, resalta los incendios que azotaron a los hospitales de Vall d'Hebron y Germans Trias i Pujol, la huelga de médicos de 2006 y luchar por conseguir, por un lado, más dinero por parte del Govern para su departamento, y, por otro, un pacto de Estado que consensúe qué tipo de sanidad quiere España y cómo financiarla. «Es una consejera incansable», destaca el secretario general del sindicato de Médico de Cataluña, Antonio Gallego. «El balance ha de ser positivo», señala el presidente del Colegios de Médicos de Barcelona, el doctor Miquel Vilardell, así como Mariona Creus, presidente del Colegio de Enfermería de Barcelona y la directora general de la patronal Unión de Hospitales, Roser Fernández. Geli se lanzó a la carrera en 2003 para subir el gasto sanitario por persona y año –y lo ha ascendido en 400 euros–, renovar y construir nuevas infraestructuras sanitarias, ampliar la cartera de servicios a la vez que reordenar la demanda con la ayuda de las nuevas tecnologías, situar a Cataluña como centro de investigación biomédica, y posicionar al sector salud como sector estratégico de la economía del conocimiento. Así lo explicitan los agentes sanitarios al unísono. «Ha sabido gestionar el crecimiento» del sistema, explica Fernández. Ahora bien, «no se han tomado las medidas para garantizar las sostenibilidad de este crecimiento». Las tarifas hospitalarias han descendido en un 3,21 por ciento –y no se prevé que vuelvan a equilibrarse en los próximos años–. En este sentido, van a hacer falta medidas estructurales de reajuste del sistema, que pasan por, una vez explicado a la ciudadanía, contener el gasto o bien buscar alternativas de ingresos. Por otro lado, los profesionales siguen a la espera de que los consejos de la Profesión Médica y de la Profesión Enfermera den sus frutos, como señalan Gallego y Montserrat Peña, secretaria del sindicato de enfermería Satse en Cataluña. «Creemos que ha sido la legislatura de los intentos», apunta Gallego, por lo que en los siguientes años deberá concretarse el discurso en medidas reales. Asimismo, Peña valora positivamente la visibilidad que Geli ha dado a la enfermería pero reclama que las promesas se traduzcan a la práctica. Y una de las demandas más aclamadas es poder participar a la hora de planificar y gestionar los recursos.
Con todo, «las medidas de sostenibilidad sólo son posibles con un pacto político», asegura Vilardell. Un pacto de Estado se entiende.
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