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Un golazo en el 92 por Julián García Candau
Caballero, guardameta del Málaga, dudó, no supo si salir o quedarse y el centro desde la izquierda de Cristiano le mató porque Benzema, que estaba solo, sin que nadie le molestara, marcó de cabeza. En el último minuto del primer tiempo, Casillas cometió un error garrafal. Salió a despejar y no encontró el balón. La fortuna quiso que pudiera recuperarlo antes de que un malaguista rematara. Caballero se reivindicó en la segunda parte con un paradón a Cristiano. El triunfador malaguista fue, al final, en el minuto 92, Cazorla con el empate.
Los partidos, a veces, se resuelven por un golpe de suerte. El Málaga no había sido inferior. Le faltó más intuición en el área. En la segunda mitad cedió terreno, pareció confirmarse y sólo cuando se percató de que podía empatar creó problemas. Van Nistelrooy, que entró para potenciar el ataque, no tuvo ocasiones.
El Málaga ofreció la estampa de equipo dirigido por Pellegrini. Buena disposición de los jugadores en el campo, conexión entre líneas, y juego solidario. No tuvo el balón menos que el Madrid. Los equipos que llegan al Bernabéu dispuestos a amarrar acaban perdiendo. Quienes juegan con alegría, como el equipo malacitano, también, aunque a estos cabe agradecerles el deseo de contribuir al espectáculo. Plantar cara al Madrid tiene gran riesgo. No obstante, siempre se está más cerca de la hazaña, aunque el resultado final acabe desmereciendo la idea.
A los malaguistas les faltó precisión. Lo encontraron con el libre directo de Cazorla. Fue el mejor de su equipo y único artillero. Al final hubo justicia.
Posdata. Mourinho está en una falla poniéndole el dedo en el ojo a Tito Vilanova. Ha sido «ninot», pero no «indultat».
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