Barcelona

El Barça sufre ante el colista

Pep Guardiola tiende a exagerar el potencial de sus rivales. Quizás lo hace por precaución. O como aviso. Pero partidos como el de ayer en el Camp Nou le dan la razón. El Almería, colista de Primera, obligó al líder a trabajar hasta el final para sumar tres puntos. El equipo rojiblanco llegó a adelantarse en el marcador, pero luego se vio superado a balón parado.

ElLeo Messi anotó dos goles más en su lucha por el «pichichi»
ElLeo Messi anotó dos goles más en su lucha por el «pichichi»larazon

Arriesgó Guardiola de inicio, situando a Mascherano y Messi en el once, estando ambos apercibidos de sanción. El centrocampista tardó menos de veinte minutos en ver tarjeta y se perderá la cita del Bernabéu. La «Pulga», en cambio, supo dosificarse mejor y pasó desapercibido para Ayza Gámez. El técnico azulgrana no mintió en la previa y contó con todos sus titulares, menos Villa, desde el principio.

La presencia de los habituales no se tradujo en intensidad sobre el campo. El Barça salió conformista, como si diera el partido por ganado sin jugarlo, y el Almería hasta le discutió la pelota durante los primeros veinte minutos, ante la pasividad de los barcelonistas. Un par de gritos desde la banda de Guardiola bastaron para despertar a sus hombres, que poco a poco recuperaron la posesión y comenzaron a hacer circular el balón a la velocidad que tanto les gusta.

Lesión de Bojan
Bojan fue el mejor azulgrana en el tramo inicial. El de Linyola es consciente de que debe aprovechar hasta el último segundo que disponga para intentar ganarse la confianza del técnico. Una jugada personal que inició con un control perfecto desde la banda sirvió para que la dinámica del partido empezara a cambiar. Su pase lo envió Thiago alto. A Bojan se le veía cómodo y era una amenaza para la defensa almeriense, pero la mala suerte se volvió a cebar con él y, a la media hora, enfilaba el camino a los vestuarios por un problema de tobillo.

Por tercera vez en los cuatro enfrentamientos entre Barça y Almería esta temporada, el banquillo rojiblanco estaba ocupado por un técnico distinto. Primero fue Lillo, luego vino Oltra ,y ayer fue Roberto Olabe el que se sentó en la banda del Camp Nou. Su primera decisión fue prescindir de Ulloa, su máximo goleador, para apostar por una delantera con pocos centímetros pero sobrada de velocidad, intentando sorprender a los azulgrana en una contra. Una apuesta que resultó ganadora cuando Corona reabría la Liga al inicio de la segunda mitad con un gol tan sorprendente como brillante.

El Almería, como había hecho el Sporting hace una semana en el Bernabéu, estaba rompiendo todos los pronósticos. El gol llegó un minuto después de que Villa se topara con el palo en una jugada similar en el área contraria. Pero el Barça se encontró con la suerte de los campeones. O, mejor dicho, la buscó. Cuando los andaluces aún no habían digerido su ventaja, el «Guaje» encaró a Diego Alves, que no tuvo otra opción que cometer penalti. Después de casi cinco partidos sin marcar, Leo Messi cogió el balón y lo mandó a la red con aparente facilidad.

El partido se tiñó entonces de azulgrana. El Barça cogió la pelota y no la soltó. La reacción del Almería fue la más lógica, encerrándose poco a poco en su campo, aunque sin renunciar a nada, manteniendo a Piatti merodeando el círculo central.

En el Barça, Guardiola renunció a Milito y ordenó la carga de la brigada ligera. En labores de creación destacó Thiago que, por segunda semana consecutiva, obtuvo la confianza del técnico y formó en el once. El hijo de Mazinho es un compañero agradecido. Siempre sigue el pase ofreciendo un apoyo al compañero y, cuando no tiene el balón, abre continuamente líneas de pase. Además, a su calidad une su olfato para el gol, por lo que su valor es infinito. Suyo fue el 2-1, rematando un córner de cabeza, que resultó definitivo para el partido y casi para el título. Ya en el descuento, Messi puso la guinda y satisfizo su ego.
 

Sorprendente derrota del Shakhtar
El Shakhtar Donetsk, rival del Barcelona el próximo martes en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones, perdió ayer la imbatibilidad (0-1) en el Donbass Arena de manera sorprendente. El equipo de Lucescu aún no conocía la derrota en su nuevo estadio, inaugurado en 2009, y lo hizo ante el rival más inesperado, el Obolon de Kiev, en partido correspondiente a la Liga ucrania. A pesar de jugar con un jugador menos desde el minuto 65, Kucherenko marcó el tanto de la victoria a cinco minutos del final y consumó la sorpresa.
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