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ANÁLISIS: Un canto un poco exagerado por Arturo Reverter

La Razón
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- ¿Cómo se define la voz del tenor Fabio Armiliato?
–Es de lírico «spinto». Posee una voz muy oscura, recia y bien puesta con un mecanismo de proyección hacia arriba. Para alcanzar los agudos realiza un giro muy ostensible para que la voz suene bien arriba, de manera poco natural y un punto exagerada. Se trata de una voz «cupe», muy abierta hacia lo alto. Canta, además, a voz plena.

- Con estas características, ¿en qué repertorio se mueve mejor?
–Sin duda en el de los líricos anchos, en papeles como los de Cavaradossi, Aida, Forza del destino. Es una estupenda pareja de su esposa, la también famosa Daniela Dessí, y es hermano del director de orquesta Marco Armiliato.

- ¿Es difícil para un tenor cantar en la ducha mientras el agua cae?
–Fácil, la verdad, no resulta y tampoco es agradable porque la boca se llena de agua, pero tiene la ventaja de que es un espacio en el que suena la voz de maravilla gracias a la reverberación que provocan azulejos y baldosas, lo que hace que se gane en armónicos, se embellezca y se coloree, al tiempo que se vuelve plenamente dramática.

- ¿Tiene Armiliato un plus especial para el cine?
–Sus papeles operísticos se mueven en registros dramáticos, con poca soltura escénica. Sin embargo, él es un tenor tremendamente simpático, muy italiano, divertido y es muy probable que Woody Allen le haya sabido extraer todas las dotes cómicas que posee.

Arturo Reverter
Crítico musical