Manzanares
Madrid Río llega a su desembocadura
Tras ocho años de obras, 410 millones de euros, alguna sentencia desfavorable y varias inauguraciones, hoy se ha abierto definitivamente Madrid Río, el parque del Manzanares que ha reemplazado tráfico por zonas verdes, y que se ha convertido en el emblema por el que ha trabajado dos legislaturas el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
Se trata de una extensión de más de un millón de metros cuadrados de espacios verdes y de ocio ganados a los vehículos gracias al soterramiento de varios tramos de la M-30, una obra monumental salpicada por la polémica en varias ocasiones.
Desde hoy están ya en servicio todas las zonas verdes del proyecto, entre ellas los grandes parques y jardines de Arganzuela, Matadero, el Puente de Toledo o la Ermita de la Virgen del Puerto, así como los nuevos pasos peatonales que conectan con la Casa de Campo, con el tramo Norte del Manzanares, y con el Parque Lineal del Manzanares y la Caja Mágica al sur.
Un macroproyecto en el que destaca la "playa"de Madrid, un espacio de 11.930 metros cuadrados -casi dos campos de fútbol-, con un frente en contacto con el río de 270 metros lineales, que ofrecerá una gran pradera donde tomar el sol y tres estanques de poca profundidad donde refrescarse.
Madrid Río es el resultado de uno de los principales proyectos con los que Ruiz-Gallardón se presentó a las elecciones de 2003: llevar bajo tierra varios kilómetros de la M-30 junto al Manzanares, acercar la Casa de Campo al centro de la ciudad y recuperar miles de metros cuadrados para zonas verdes y espacios culturales.
Entre 2004 y 2007 las mastodónticas obras se circunscribieron al soterramiento de la autovía y, una vez abiertos todos los túneles subterráneos, comenzó a acondicionarse la superficie.
Unas obras que, no obstante, despertaron el descontento de algunos vecinos y asociaciones ecologistas, sobre todo después de que el proyecto quedase exento de Declaración de Impacto Ambiental, una decisión que llegó a ser tema de estudio y crítica por parte del Parlamento Europeo.
De hecho, hace un mes el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) declaró nulos los proyectos de soterramiento de esta vía en diferentes tramos al señalar que no podían entenderse como simples "obras ordinarias", por lo que hubieran requerido la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997 y carecían de las correspondientes evaluaciones de impacto ambiental.
Pese a todo, antes de que haya concluido su segunda legislatura al frente de la Alcaldía el proyecto estrella de Ruiz-Gallardón se ha abierto al público en su totalidad.
La reciente reforma de la Ley Electoral, que prohíbe las inauguraciones y visitas de obras varias semanas antes de las elecciones, ha impedido que hoy se pudiera inaugurar oficialmente el parque.
El conjunto del proyecto ha costado 410 millones de euros, financiados - dice el Ayuntamiento - en un 94 por ciento por la ciudad y un 6 por ciento por el Gobierno central a través del Plan E, aunque los socialistas recalcan que las ayudas estatales en 2009 y 2010 han sido decisivas para culminar los trabajos.
En las últimas precedentes Ruiz-Gallardón presentó partes del proyecto, según los distintos tramos, algo que también ha levantado las críticas de la oposición.
Los últimos espacios en abrir han sido, hoy mismo, los parques de Matadero y de Arganzuela, este último con diez fuentes, una playa urbana, casi cinco kilómetros de paseos y senderos, cinco áreas de juegos infantiles, un campo de fútbol de hierba artificial, una instalación para patinaje y "skate"y una explanada para la celebración de actos culturales con capacidad para 20.000 personas.
También se han abierto hoy la pasarela desde el barrio de Legazpi hasta el final de la avenida del Manzanares, la pasarela desde esta avenida al parque Lineal del Manzanares sur, y el puente lámina del Invernadero.
Anoche, a las 22:00 horas, se encendió la iluminación del Puente monumental de Arganzuela, de la playa urbana y de las fuentes de este parque.
Hasta ahora, el momento de más "intensidad"que ha vivido Madrid Río -aunque aún estaba sin terminar- fue la celebración del Mundial de Fútbol en julio de 2010, cuando miles de personas recibieron a la Selección Española a orillas del Manzanares para festejar la Copa.
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