Barcelona

Alba Ventura: «Que me tiren flores pero sin espinas» por Amilibia

Profesión: pianista.Nació: en 1978, en Barcelona.Por qué está aquí: el 14-N dará un concierto en la Fundación Juan March (Madrid).

Alba Ventura: «Que me tiren flores, pero sin espinas»; por Amilibia
Alba Ventura: «Que me tiren flores, pero sin espinas»; por Amilibialarazon

––¿Por qué tocar piezas compuestas por músicos entre los 12 y los 17 años?
–Por hacer algo diferente, por tocar lo que no se interpreta habitualmente.
–Beethoven, Liszt, Rachmaninov, Prokofiev... Falta Mozart, ¿no?
–Lo añadiré al final, como una propina. Es el más popular de los niños prodigio. Se dice que empezó a componer a los 4 años.
–La música da bastantes niños prodigio...

–Sucede porque muchos compositores son también intérpretes, y para eso hay que empezar muy temprano. Una cuestión física.
–¿Sabía que a Liszt le arrojaban prendas íntimas femeninas en sus conciertos?
–No, pero sé que fue el primer pianista que tuvo representante. Empleó marketing del siglo XXI en el XIX.
Y a usted, ¿qué le place que le tiren?
–Flores, pero sin espinas.
–Anne-Sophie Mutter, la violinista, afirma: «Creo que los conciertos de música clásica pueden ser profundamente aburridos».
–Depende de la calidad de lo que se interpreta y de quién lo interpreta. Puede ser aburrido como un libro, una película...
–Está claro que los jóvenes prefieren el rock, el pop...
–Hoy se busca el entretenimiento fácil, y la música clásica requiere cierto esfuerzo.
–¿La genialidad está cerca de la locura?
–A veces, sí. Casi todos los músicos están un poco locos.
–Rod Stewart confiesa que llegó a tomar cocaína por vía anal. ¿Qué toma usted antes de actuar?
–Agua. Y me doy mucho tiempo para maquillarme.
–Su concierto es el 14-N, día de huelga general...
–No me tienta hacer huelga, y espero que los piquetes respeten mi piano.
–En España, dicen, sólo se aplaude a los muertos...
–Yo me siento reconocida, pero tendría más éxito si no me apellidara Ventura. El mundo de la música clásica es esnob. Valora más lo de fuera.
–¿Qué tal Alba Ventunovsky?