Estaba cantado

Hace exactamente 71 días, lancé mi primer tuiter y textualmente afirmaba «los abertzales lo tienen claro. Y lo dicen. Éxito electoral y presos. Competencias penitenciarias a Euskadi y lendakari Otegi-PNV». Estaba cantado. Los que se engañan, incluídos Eguiguren, Zapatero y demás, es porque quieren. Las afirmaciones de ayer de los representantes de Bildu («…no es posible la paz sin la vuelta a casa de los presos…») lo dejan bien claro. ¿Qué creían las personas de bien? ¿Por qué nos mentían nuestros políticos? Porque una cosa es cierta: la izquierda abertzale no ha engañado. Aunque no nos guste, sus portavoces se han cansado de concentrar el problema terrorista en «conflicto político». Más aún, la última gran manifestación, después de que ETA anunciara dejar el asesinato, tuvo como reivindicación la de los presos. Y ése el gran objetivo actual de ETA.
Sin embargo, a Zapatero le daba igual la realidad, como casi siempre. Prefería mantener el sueño imposible de la desaparición de la banda aun a costa de lo trascendente y, en lugar de empezar la casa por los cimientos, apostó por comenzarla por el tejado. Aunque la lógica indicaba que el entorno etarra no debería participar en las elecciones hasta que llegase el desenlace, aquel Gobierno, instrumentalizando al TC y ciscándose en las competencias del Supremo, facilitó la presentación de Bildu a las urnas en mayo y de Amaiur en noviembre. Lo que tenía que haber sido la guinda después de que ETA anunciara su disolución, se les regaló de aperitivo. Ahora y como estaba previsto, retrocedemos en el tiempo, pero con los abertzales radicales no sólo presentes en las instituciones, sino que envalentonados y gobernando Guipúzcoa. Así es la vida.