Convenios colectivos

Los sindicatos no se pueden quejar por José Ramón Pin Arboledas

La Razón
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Los ERE han sido una práctica continua en la relación laboral en la crisis. Los ha habido de muchos tipos: de despido por causas objetivas con 20 días de indemnización, de reducción de jornada, de suspensión temporal de empleo y sueldo… La reforma quiere que sean menos los primeros y más los otros; que se ajuste por salarios, en lugar de por despidos, que ha sido lo mayoritario. Por eso hay 5,4 millones de parados.

De ahí que se favorezca la flexibilidad interna en las relaciones laborales y, sobre todo, el llamado descuelgue: cuando una empresa deja de estar en el convenio de sector porque no le es posible continuar con las condiciones que éste impone.

Tasar mejor las causas de descuelgue lo intentó la reforma anterior. Pero quedaron confusas. Ahora, si se demuestra dificultad económica con los números de tres trimestres consecutivos el descuelgue se facilita.

A la espera de la letra pequeña, se puede decir que la regulación mejora la autonomía empresarial. Las estructuras de los sindicatos y CEOE seguirán teniendo la sartén por mango en la negociación colectiva. Es lo que querían, no se pueden quejar. No obstante, lo óptimo hubiera sido aplicar cláusulas de adhesión. Es decir, que primase el convenio de empresa y el sectorial fuera opcional.
Mejor es algo que nada.

 

José Ramón Pin Arboledas
Profesor del IESE