Lisboa

Gerardo Rueda habla portugués

Oporto inaugurará en octubre un centro de 30.000 metros cuadrados que recogerá parte de su legado

Gerardo Rueda en la Fundación Capa en 1996
Gerardo Rueda en la Fundación Capa en 1996larazon

Mientras unas ciudades se lo están pensando y no acaban de decidirse, Oporto lo vio claro desde el principio: no se le podía escapar la ocasión de dedicar un centro artístico a acoger parte del legado de Gerardo Rueda, nombre clave de la creación española del siglo XX. Una parte de sus trabajos, junto con los de artistas internacionales (alemanes, portugueses, ingleses) se exhibirán en Matosinhos, perteneciente al distrito de Oporto. José Luis Rueda, hijo del artista y su heredero universal, define el día en que se firmó el contrato con la Cámara Municipal como «un momento eterno». Era una frase que gustaba de utilizar su padre.

Las negociaciones para que una parte del legado del madrileño hayan puesto rumbo y anclado en el norte (allí han llegado ya 400 obras directamente en tres camiones) se han sucedido a ritmo de vértigo. Las primeras conversaciones se remontan a enero; cinco meses después, el día 28 de mayo, con la firma del acuerdo se daba luz verde al Centro de Arte Moderna Gerardo Rueda, que se distribuirá por una extensión de 30.000 metros cuadrados y que constará de varias naves que albergarán la colección, exposiciones temporales (alrededor de seis a lo largo del año), un premio que llevará el nombre del artista, así como una Asociación Internacional de Amigos del Museo, talleres para niños, restaurantes y tiendas, «pero buscando siempre lo mejor y más exquisito, la excelencia», asegura su hijo.

Rosas y claveles
¿Por qué esta ciudad? Rueda mantuvo a lo largo de su vida una relación entrañable y estrecha con el país vecino, «adoraba visitar Lisboa y Oporto, las consideraba tan importantes o más que Roma y París. Recuerdo el último viaje con él a la ciudad. Fue poco antes de morir. Lo pasamos de maravilla, resultó muy especial. El pasado 25 de mayo se cumplieron 15 años de su muerte. Fui al cementerio y le llevé rosas y claveles, que eran las flores que más le gustaban. Y también dejé unos papeles en los que le explicaba el asunto del museo. ‘‘Ya he conseguido una de las cosas que querías'', escribí», relata José Luis con emoción, mientras desvela la cantidad de museos y anticuarios que recorría con su padre «cuando yo era un apasionado del fútbol y que ahora tanto le agradezco».

El hijo del artista solamente tiene palabras de agradecimiento para las autoridades lusas, en especial hacia el alcalde y el consejero de Cultura de Matosinhos, Fernando Rocha, «que me han tratado con toda cordialidad. He recibido todo tipo de atenciones, incluso artistas de la tierra como Alburquerque y Guimarães, que estarán presentes en la colección, se desplazaron a mi casa de Madrid, lo que me parece una deferencia». Rueda era un hombre ante todo de palabra y leal, algo que subraya constantemente su vástago. «Tengo un compromiso ético con él y sé que está encantado, lo digo en presente», comenta emocionado. La presidencia del centro recaerá sobre el edil de la ciudad lusa, Guilherme Pinto, y la dirección la ejercerá el catedrático de la Universidad de Oporto Bernardo Pinto de Almeida.

El centro se levantará en un edificio imponente de finales del siglo XIX, la Real Vinícola –«que cuenta con unos patios adoquinados bellísimos que no se han tocado y que son ideales para exponer esculturas», dice José Luis–, que está en perfectas condiciones, a falta de una mano de pintura y poco más. Habrá dos naves de 4.000 metros cuadrados cada una para exposiciones. La inauguración se celebrará entre el 10 y el 14 de octubre y ha prometido su asistencia Cavaco Silva, presidente de la República, aunque más pronto, el próximo 3 de julio, Lisboa acogerá una muestra en la Fundación Vieira da Silva sobre Rueda y la pintura, y que posteriormente pondrá rumbo a la capital del norte portugués.

Guilherme Pinto se siente profundamente satisfecho del legado recibido, «que acogerá la parte más moderna de Matosinhos, un distrito que se está revitalizando y que ahora luce como una parte bastante renovada». Consciente de la importancia de Rueda, uno de los referentes de la creación española del pasado siglo, el edil asegura que «queremos reafirmarnos como foco de interés cultural y una de las mejores apuestas, de las más fuertes y potentes, es abrir este centro, que va a convertir a la ciudad en un foco turístico y cultural de primer orden, que atraerá a visitantes europeos».


De Guimarães a Otremba
Aunque quedan aún unos meses para que el centro eche a andar, los trabajos de puesta a punto van a un ritmo envidiable. No ha sido necesario realizar ninguna modificación de envergadura en las salas. Entre las más de 300 obras que se podrán ver en el Centro de Arte Moderna, además de 35 de Rueda (en la imagen, fechada en 1979, dando unos retoques a una escultura), destacan los nombres de Sergi Aguilar, Alfonso Albacete, Tàpies, Gerardo Aparicio, Susana Solano, Feito, Juana Francés, Saura, Rivera, Millares, Zóbel, Hernández Mompó, Guerrero, Laffón, así como los de Gerardo Burmester, José de Guimaraes (con 70 trabajos), Alburquerque Mendes (con 18), Luis Noronha da Costa, Manuel Casimiro (representado por 60 obras), Dokoupil, Host Linn, Dohr Gunter y Willy Otremba, entre los pesos pesados internacionales.
Todas pertenecen a la colección de Rueda.