IU dará a Griñán la llave de las urnas

SEVILLA- El diputado de IULV-CA y líder de la CUT-BAI, Juan Manuel Sánchez Gordillo, anunció ayer que romperá la disciplina de voto de su Grupo Parlamentario y dirá «no» a la investidura del socialista José Antonio Griñán como presidente de la Junta, que pretendía apoyar «con condiciones» como «aprobar la renta básica, cuatro meses de trabajo para los parados, frenar los desahucios o fomentar la banca pública». Se mostró convencido de que las asambleas de base apoyarán su postura, en una nueva reunión que se celebrará esta semana, porque el pacto de gobierno con el PSOE, «un partido que moralmente está muerto», es «un error garrafal» y la dirección de IU «se ha saltado a la torera miles de votos de militantes».

Tras el 25-M, la federación cuenta con 12 diputados en la Cámara autonómica y salvo Sánchez Gordillo, «todos ellos estarán a lo que han mandado nuestras bases», es decir, respaldarán a Griñán, afirman fuentes de la coalición que replican al portavoz de la CUT: «Es él –afirman– quien se va a saltar no ya la disciplina de voto, sino la de las bases».

En cualquier caso, Griñán, con 47 diputados, sólo necesita el «sí» de 8 de IU para lograr la mayoría absoluta parlamentaria. Será investido para un nuevo mandato previsiblemente el 3 de mayo y dirigirá un Gobierno de coalición reducido tanto en sus servicios centrales, ubicados en Sevilla, como en los tentáculos de las provincias, según anunció de forma unilateral ante el Comité Director del PSOE-A el viernes. La federación de izquierdas no se opone a este criterio, pero fuentes de ambos partidos aseguran a LA RAZÓN que podrían haber puesto sobre la mesa su «interés» por contar «no sólo con un tercio en el Gobierno, sino también con esa proporción en las delegaciones provinciales». En la actualidad, existen 90 de estos delegados que podrían verse reducidos en 24, con tan sólo la supresión de unas tres consejerías que prevén los socialistas. Fuentes del PSOE no descartan además que «se poden cargos intermedios como directores generales» y en ese escenario, provocado en parte por una contabilidad llena de ahogos y con ahogados, IU «está defendiendo que, al menos los consejeros que sean de la federación, puedan elegir a los delegados provinciales. Es una cuestión de poder territorial, no sólo de carteras», señalan las mismas fuentes.

Al margen de que esta vez sí se cumpla el adelgazamiento de la estructura periférica de la Junta, propósito esbozado ya en 2009 por Griñán cuando sustituyó a Manuel Chaves, fuentes del sector veterano de IU tienen otros temores: «En el día a día –exponen– vamos a ser copartícipes de la gestión de políticas que vienen ya con recortes impuestos desde Madrid y la UE en sanidad, educación... y los ciudadanos van a pedir responsabilidades. También a nosotros porque estaremos en el Ejecutivo», lanzan. No son de la CUT pero creen como sus miembros que durante la legislatura les sobrevolará «la sombra del proceso de los ERE fraudulentos, que nos afectará directa o indirectamente». «Una mancha que se ensanchará de manera progresiva, tras el reciente encarcelamiento del ex consejero de Empleo, Antonio Fernández, y nos pondrá en una tesitura complicada», vaticinan.

Inquietudes a las que hay que sumar otra «clave» que comparten distintas fuentes de la coalición de izquierdas: Griñán necesita a IU el día de la investidura, pero luego sólo él tendrá como presidente la potestad para convocar elecciones y será la federación la que necesite que «no la echen cuando él crea, como hizo Manuel Chaves con el PA».