España

Aznar: «La política energética del Gobierno es un juego de pegatinas»

El Gobierno simula que la política energética es «un concurso de pegatinas, o un juego de bombillas que se reparten en correos y de farolas que se apagan en las carreteras, o un pase de modelos de caballeros sin corbata». Con estas palabras, el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, cargó ayer contra el plan energético del Gobierno, que demuestra, a su juicio, la ausencia de una política «sensata»

Aznar define la política energética del Gobierno de «juego de pegatinas»
Aznar define la política energética del Gobierno de «juego de pegatinas»larazon

Así lo expuso en la presentación del informe «Propuestas para una estrategia energética nacional», elaborado por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Un informe que, en su opinión, nada tiene que ver con el patrón que sigue el Gobierno, porque la política energética tampoco es «una subasta de neumáticos ni un acertijo sobre la energía nuclear, quizá sí, pero Garoña no», añadió Aznar.

Para el ex presidente, las últimas medidas del Ejecutivo evidencian un plan de «ocurrencias que ya no hacen gracia ni a los más entusiastas» de su partido y, no sólo eso, que han hecho un daño «tremendo» a la economía española. Según Aznar, la acción política nunca puede ser tildada de «ocurrente», y menos cuando la dependencia exterior del sector energético es de tal calibre que España sólo contó con un 20% de autoabastecimiento a finales de 2009, una cifra que contrasta con la media europea, de un 54%.

La diferencia entre hacer las cosas bien y hacer las cosas mal tiene dos claras referencias en política energética, según José María Aznar. «Sólo como ejemplo, Francia ha invertido en nucleares, y no sufre hoy la grave dependencia energética que tenemos en España». Pero, por el contrario, «también tenemos ejemplos de cómo hacerlo mal», y arremetió contra las «subvenciones sin freno» a fuentes energéticas que «no son capaces de competir en el mercado» y que, por tanto, encarecen la producción española y le restan competitividad.

O como las decisiones que «cambian de un día para otro las normas», e interfieren en los organismos reguladores para que la seguridad jurídica quede como un bien que se antoje «inalcanzable». Aznar reclamó así una política energética nacional, que empiece por la seguridad de abastecimiento, mejore la competitividad y el crecimiento económico, y garantice la seguridad jurídica. Y para andar en esa dirección, con el objetivo de preparar un modelo energético a quince años vista, consideró «urgente» que se convoquen elecciones. En palabras del ex presidente: «Que cuanto antes se dé voz a los españoles para que puedan corregir en las urnas los muchos y muy graves errores de los últimos años». Porque el coste de las cosas mal hechas, según advirtió, pasa hoy por el deterioro de la credibilidad. Su apuesta incluye a todas las fuentes de energía y, aunque aplaude el papel de las renovables, entiende que el descrédito con el que cuentan se debe a la «barra libre impuesta al margen de la racionalidad económica».

En este sentido se pronunció también el patrono de la fundación y ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, que apuntó «que caben todas las fuentes de energía». Defendió un modelo de «poca y clara legislación» y criticó un sistema en el que parece «que hay alguien en una ventanilla del Estado que cree saber lo que es bueno para unos y para otros». Instó a que no se confundan los objetivos públicos con los privados.


Las propuestas del PP en energía

El ex presidente José María Aznar y el ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, respaldaron ayer las propuestas de la fundación FAES en materia energética. El informe, entre otras medidas, contempla:
- La eliminación de todas las subvenciones de las tarifas y los peajes del sector de la electricidad, para que sólo contengan los costes regulados (los que se vinculan a las actividades de generación, transporte y distribución de electricidad).
- La eliminación del «bono social», para que se sustituya por un tratamiento fiscal específico para los hogares que acceden al mismo.
- Revocar el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña, y que se asegure «el alargamiento de la vida de las centrales nucleares, actualmente en operación, hasta los 60 años», siempre que cumplan con las condiciones de seguridad establecidas por el Consejo de Seguridad Nuclear.
- Iniciar un plan de selección de emplazamientos para nuevas centrales nucleares.
- Seguridad jurídica, eficiencia administrativa y excelencia supervisora. Asegurar la independencia de los reguladores.