África

Manifestaciones violentas

«Son los mismos de siempre» se quejan los manifestantes tunecinos

Los tunecinos se manifiestan contra la presencia de los ministros del antiguo régimen en el nuevo Gobierno. El presidente y el primer ministro abandonan el partido oficialista

El disidente Moncef Markouzi celebra con sus seguidores su regreso a Túnez, ayer, en el aeropuerto de la capital
El disidente Moncef Markouzi celebra con sus seguidores su regreso a Túnez, ayer, en el aeropuerto de la capitallarazon

El Gobierno de unidad nacional se tambaleó desde las primeras horas de ayer. Miles de tunecinos volvieron a manifestarse pacíficamente bajo una misma consigna: los hombres del derrocado dictador Ben Ali no pueden formar parte de la transición política de su país. Lo que no se esperaba es que tanto el presidente interino, Fouad Mebaza, como el primer ministro, Mohamed Ghannouchi, decidieran abandonar la Reagrupación Constitucional Democrática (RCD).

«El futuro de Túnez cambia minuto a minuto», aseguró Mohamed Rauf Mahujub, consejero del partido Ettajid (ex comunistas) a LA RAZÓN, en la mañana del que se suponía primer día tranquilo con el recién formado Gobierno de coalición. «Tenemos una misión: queremos un Gobierno que restaure la estabilidad, es muy necesaria», dijo Mahujub, quien veía a los líderes de los tres partidos de la oposición en el Gobierno, no en puestos de segunda sino como garantes de la transición democrática.

Al bajar de la sede del partido, decenas de personas se habían concentrado en la puerta para recordar al Ettajid que las caras del RCD les recuerdan a los 78 muertos del último mes y a la represión de los últimos 23 años.

«Son los mismos de siempre, los que han robado y torturado durante las últimas dos décadas», explicó Mehdi, uno de los jóvenes más altos de la protesta, quien llevaba una pancarta en la que se leía «Ben Ali, vete al infierno». Minutos después, la Policía disparó gases lacrimógenos y persiguió con porras para dispersar a la multitud. Acto que se repitió en numerosas ocasiones por toda la capital. De hecho, lo difícil ayer era caminar por el centro de Túnez sin encontrarse con una protesta espontánea o una zona en la que no lloraran los ojos por el exceso de humo lanzado.

«No vamos a parar de manifestarnos hasta que el RCD no deje el Gobierno», reconocía Amira en otra protesta, esta vez en la avenida Habib Bourghiba. Ante la gran presión popular, algunos políticos movieron ficha: cinco participantes del Gobierno de transición decidieron dimitir de su cargo. Así, ayer se quedaban vacantes la cartera de Salud, que ostentaba el líder del FDTL, Ben Yafaar, y la de Cultura, en manos de Mufida Tiletti, independiente. Además, tres sindicalistas de UGTT rechazaban sus puestos como ministro de Empleo, secretario de Estado de Transportes y ministro consejero ante el primer ministro, ya que no reconocían al nuevo Gobierno de transición por tener «al RCD en el Ejecutivo». «Éste era uno de nuestros requisitos para unirnos», reconoció Abdelyalil Bedui a LA RAZÓN antes de presentar oficialmente su renuncia al primer ministro. «No se han respetado nuestras condiciones: no puede haber símbolos de la corrupción y antidemócratas en este gobierno provisional».

Las numerosas protestas que piden caras nuevas y las dimisiones forzaron después al presidente interino, Fouad Mebaza, y al primer ministro, Mohamed Ghanouchi, a abandonar su militancia en el RCD. Incluso el propio partido, viendo que la transición se derrumbaba, emitió otro comunicado en el que aseguraba que habían echado del RCD a Ben Ali y a seis de sus consejeros tras una investigación llevada a cabo dentro de la formación.

La televisión estatal tunecina interpretó este gesto como una manera de separar los órganos del Estado y el partido. Sin embargo, el pueblo empieza a dudar de las informaciones de dicha cadena. «Nos dicen que han detenido a las grandes figuras de la represión, que los han expulsado, pero no hay imágenes de ellos. Me parece muy sospechoso», se quejaba Sabri, una activista de 26 años, a LA RAZÓN.