Copa del Rey

Barcelona

La jubilación acecha al Camp Nou

Los socios decidirán el futuro del estadio: remodelación o construcción de uno nuevo

Toni Freixa, portavoz del Barça, y Rosell, presidente, en una votación
Toni Freixa, portavoz del Barça, y Rosell, presidente, en una votaciónlarazon

Barcelona- Construido en 1957, el Camp Nou es uno de los referentes del barcelonismo. Allí se han vivido grandes alegrías y se han derramado no pocas lágrimas. Pero en los planes de la directiva de Sandro Rosell, el coliseo azulgrana no tiene cabida con su estructura actual. Los ingresos deben incrementarse para mantener la excelencia deportiva y eso pasa por una remodelación del estadio o la construcción de uno nuevo, la opción que más gusta en el seno de la directiva, aunque nadie se atreve a decirlo a viva voz.

Con motivo de la Asamblea Ordinaria de la temporada, la junta del Barcelona planteó esta posibilidad a los compromisarios, que dieron su visto bueno a que el club pueda plantear una consulta vinculante a toda su masa social sobre el futuro inmobiliario del estadio. Con 490 votos a favor y tan sólo 34 en contra, la propuesta fue aceptada.

El vicepresidente económico, Javier Faus, expuso los pros y los contras de los distintos proyectos posibles. Una remodelación del Camp Nou costaría unos 300 millones de euros, mientras que el presupuesto de un nuevo estadio no bajaría de los 600 millones, lo que implicaría un endeudamiento mínimo para el club de 300 o 400 millones. Una posible remodelación del campo afloró inmediatamente el fallido proyecto Foster de Laporta. «No teníamos nada en contra, pero la gran diferencia con nuestra propuesta es que no se vendería un palmo de terreno del club, cosa que sí sucedía con Foster», aclaró Faus. En el caso de construir uno nuevo, el vicepresidente azulgrana aclaró que, a la espera de encontrar una ubicación adecuada, en ningún caso se abandonaría la ciudad de Barcelona. El posible referéndum no se haría hasta dentro de dos temporadas como mínimo, ya que para afrontar un proyecto de tal magnitud el club necesita reducir su deuda por debajo de los 200 millones, siendo la actual de unos 350.

Más allá del futuro del Camp Nou, la Asamblea sirvió para que los compromisarios aprobaran por amplia mayoría los números de la temporada pasada, con un beneficio récord de casi 49 millones, y el presupuesto de la próxima temporada, con unos ingresos previstos de 470 millones y un beneficio de 28,9. Por otra parte, en su exposición inicial, Sandro Rosell dejó muy clara la posición del Barcelona en el actual debate independentista: «Somos catalanes y catalanistas, y siempre defenderemos el derecho de los pueblos a decidir su futuro». Estas palabras provocaron una gran ovación por parte de la audiencia, aunque no se escuchó ningún grito independentista, como sí ocurrió el otro día en el Camp Nou.