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No sin mi Ferrari

Es posible que el escándalo que supone la crisis para el común de los mortales algunos lo han ahogado a golpe de Ferrari. Mientras para muchos 2010 fue un año catastrófico, para la cada vez más grande cantidad de multimillonarios del mundo fue un susto. Pasado lo peor, vuelve el gusto por el lujo sin remedio. Ahora, también se apuntan los chinos.

Rolls Royce dobló el año pasado sus ganancias al vender 2.711 unidades. Un 117 por ciento más que en 2009
Rolls Royce dobló el año pasado sus ganancias al vender 2.711 unidades. Un 117 por ciento más que en 2009larazon

Las cifras hablan muy claro. Si Ferrari ha presentado los mejores resultados de su historia al facturar 1.919 millones de euros, un 7,9 por ciento más que en 2010, y Rolls Royce dobló el año pasado sus ganancias al vender 2.711 unidades, un 117 por ciento más que en 2009, significa que hay quienes tienen dinero para gastarlo en estos artículos. Parece que el mercado americano del glamour se ha recuperado antes de lo que pensaban los analistas después del retroceso del 9 por ciento en 2009. Las razones resultan el volumen de ventas que supone más de 50 millones de euros y la entrada en escena de los artículos de lujo en China.

En Europa la cosa va más lenta. Alemania tuvo una recuperación en el sector en 2010, que ofreció la cifra de 406 millones de euros en ventas. Destacó la compra de relojes, joyas y artículos de piel, como los zapatos.

El gigante asiático

El mercado que antes suponía Japón ahora está en manos del país chino. Según el informe de la consultora CLSA Asia-Pacific Markets, en 2020 China concentrará el 44 por ciento del gasto mundial en artículos de lujo. Actualmente, representa el 15 aproximadamente. Un 45 por ciento de los consumidores de estos productos tiene entre 18 y 34 años, comparado con el 37 por ciento en Japón y el 2 en Reino Unido. El informe, que está elaborado con entrevistas realizadas a 1.500 clientes en 17 ciudades chinas, demuestra también que la población que tiene unos ingresos de entre 15.200 y 30.000 dólares al año (21.500 euros) y aumentará hasta los 76 millones. Estas cifras dan una idea del mercado que supone el país.

Anualmente llegan a Europa tres millones de turistas chinos y un ejemplo de la inversión es cómo no suelen gastar menos de 3.000 euros en el famoso Harrods de Londres. Esto ha llevado a la empresa a aceptar la estatal de crédito de los ciudadanos chinos y a contratar a 41 empleados que controlan el idioma mandarín. También, las marcas textiles incorporan en sus desfiles al nuevo público. De ahí que Godfrey Gao haya fichado en Louis Vuitton; Liu Wen en Estée Lauder, y Shu Pei en Vera Wang. Los grandes ya se saben la lección. Louis Vuitton ya está en el país, el mismo donde se facturó el 18 por ciento de Gucci; el 14 de Bulgari y el 11 de Hermès.