BMW

El maravilloso capricho de un jeque hecho realidad

Nissan fabrica una corta serie del Juke R a un precio de medio millón de euros y dedicado sólo a una treintena de especialistas en conducción deportiva 

Cilindrada: 3.799 cc Nº Cilindros: V-6 Potencia: 485 cv Vel. máxima: 257 km/h Acelerac. 0-100: 3,7 s Dimensiones: 4,13/1,76/1,57 m Plazas: 4 Tracción: delantera Altura al suelo: 115 mm . Precio: 500.000 euros
Cilindrada: 3.799 cc Nº Cilindros: V-6 Potencia: 485 cv Vel. máxima: 257 km/h Acelerac. 0-100: 3,7 s Dimensiones: 4,13/1,76/1,57 m Plazas: 4 Tracción: delantera Altura al suelo: 115 mm . Precio: 500.000 euroslarazon

MADRID- Hay marcas que parece que se han olvidado de fabricar coches atractivos capaces de hacer soñar al cliente. Nissan sí que logra emocionar con este impresionante Nissan Juke-R. Un coche del que existen sólo dos unidades. Por el momento. Que tiene el inocente aspecto de un Juke, pero en su interior lleva el corazón del Nissan GT-R, en una muy espectacular transformación artesanal. Pero, ¿para qué?

El objetivo es incidir en la deportividad del producto y de la marca, y se optó por construir este Juke-R, que debía ser sólo un prototipo. Pero llegó un caprichoso cliente árabe y se empeñó en comprar uno. Se puso un precio de medio millón de euros y aceptó. Por ello se van a fabricar unas 30 unidades bajo pedido.

Pero vamos a los datos. Bajo el capó no hay un convencional cuatro cilindros. Aunque parezca imposible dado el ajustado espacio, se encuentra el salvaje V6 biturbo de 3,8 litros que hace volar al Nissan GT-R. Son 485 caballos de pura raza, casi violentos, que permiten al Juke pasar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y alcanzar los 257 km/h de máxima. Además, se ha incorporado la transmisión de seis relaciones, los ejes, la tracción total y unas impresionantes llantas de veinte pulgadas de aluminio. Para ello, se ha reducido 25 cm la distancia entre ejes, la transmisión, etc. Pero el resultado es brutal, forrado en vinilo negro mate, vías ensanchadas, spoilers y alerones a discreción...

No es fácil pasar inadvertido en ninguna parte. Con este prototipo, el piloto español Lucas Ordóñez batió en Dubái a un Lamborghini Gallardo, un Ferrari 458 Italia y un Mercedes SLS AMG.

El interior tiene la consola original del Nissan Juke con mandos y complementos del GT-R. Los asientos son dos «cómodos» bacquets de competición y los cinturones de seguridad, arneses de seis puntos. Para acomodarse hay que superar una gruesa barra transversal que cruza la puerta y que forma parte del arco de seguridad integral que aporta la necesaria rigidez estructural.

En marcha
Un botón rojo en la consola central arranca el motor, pero hay que esperar a que suba la temperatura. El cambio es manual secuencial de seis velocidades con levas en el volante y modo de uso automático o manual. Su aceleración es salvaje, las marchas suben y bajan con leves impulsos sobre las levas y el motor siempre está lleno de potencia, acompañado por un sonido metálico excitante. Como un Fórmula Uno pero a metro y medio del suelo. La suspensión es muy dura y el perfil de los neumáticos es de sólo 35 mm. Pero es necesario que sea así para contener tanto envite de potencia.
No hay cabeceo, no hay transferencia de masas de delante hacia la parte trasera, ni en aceleración ni en frenada. En zonas viradas nos avisa de dónde podemos tener un susto. Por su corta batalla se muestra nervioso y con ganas de deslizar. La dirección es sensacional, pero, con llantas de 20 pulgadas, transmite la más mínima imperfección del asfalto que pisa. Por suerte, los frenos están a la altura de este capricho.