Rajoy también enmudece por «sentido de Estado»

Prácticamente no hay precedente de un silencio como el que ayer se esforzó en guardar el líder de la oposición durante la recepción del Día de la Constitución. Al menos una conversación informal de corrillo era lo habitual salvo situación excepcional, como un atentado terrorista. Este año el motivo ha sido el colapso en el tráfico aéreo. «Por responsabilidad», según fuentes de su entorno.

El líder popular no puedo evitar el acoso mediático ni la ofensiva de preguntas, pero sus respuestas fueron poco más allá de los monosílabos, lo que dio pie a pensar que su actitud respondía a un acuerdo tácito previo con el presidente del Gobierno, con quien estuvo charlando unos cinco minutos después de que terminase el acto protocolario.

Zapatero fue quien se dirigió a Rajoy, entretenido en una conversación con su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, y con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Antes de ese diálogo hubo dos llamadas previas de Zapatero a Rajoy, una el pasado viernes por la noche, jornada en la que estalló el caos aéreo, y otra el sábado por la mañana, después del Consejo de Ministros en el que el Gobierno decretó el estado de alarma.

Una de las principales preocupaciones del Ejecutivo ha sido evitar las críticas desde el arco parlamentario, especialmente por parte del PP. Ayer, Rajoy calló, si bien esta renuncia temporal a hacer oposición sobre las razones que han provocado el cierre del espacio aéreo español no quiere decir que el jueves vaya a ofrecer un cheque en blanco en el refrendo del decreto del estado de alarma. «Le pediremos explicaciones por estos días y por los dos años que llevan negociando. Esto no es una seta que ha salido de un día para otro», puntualizaron fuentes de la dirección del PP.

Por cierto, avanzada la recepción, ya más relajado después de charlar con diputados de su bancada y posar con algunos de los invitados, Rajoy sí explicó que hasta ahora Zapatero no le había dado más información que la que se conoce públicamente, ni siquiera del motivo por el que eligió precisamente el viernes, día de arranque del puente, para aprobar el decreto que regula la jornada de los controladores. Y éste es uno de los puntos que pueden marcar el desencuentro del jueves entre Gobierno y oposición. Feijóo fue mucho más claro que Rajoy al respecto y criticó al Ejecutivo por haber elegido el momento menos oportuno para aprobarlo. Y ahora, añadió, quedan por ver cuáles son las respuestas a preguntas fundamentales como de qué manera se gestionan los expedientes disciplinarios o cómo se regula el trabajo a reglamento. «No apoyamos a los controladores, pero aprobar el decreto el viernes no fue prudente», sentenció. El PP preguntó ayer al PSOE si tiene la intención de ampliar el Estado de Alarma –lo que sí necesitaría la convalidación parlamentaria–, y la respuesta fue que aún no está decidido.