
Cataluña
OPINIÓN: Elecciones el 20-N
Fumata blanca, finalmente. Dicho de otra manera, José Luis Rodríguez Zapatero nos deja. Alguien dirá que no hay perspectiva histórica para juzgar el papel de Zapatero al frente del Gobierno de España. Es cierto. No hay perspectiva. Ahora bien, hoy por hoy ha sido el peor presidente de la democracia. Esto es un lujo del que pocos se pueden vanagloriar.

Y teniendo en cuenta su obsesión por la memoria histórica ha elegido un día para las elecciones que su ley no ampara. Dicho de otra manera, su sectaria ley hoy nos hace recordar que tal fecha como ésta, en el año 1936, Buenaventura Durruti fallecía sobre las seis de la mañana. El día anterior una bala lo hirió de gravedad. Algunos dicen que se le disparó la pistola otros aseguran que le dispararon. Sea como fuere falleció un 20 de noviembre.
La memoria histórica no dirá que a la misma hora, minuto arriba o abajo, era fusilado en Alicante José Antonio Primo de Rivera. El fundador de Falange era pasado por las armas ante la inoperancia de un bando, que lo prefería muerto, y el otro, que ya le estaba bien su desaparición. Casualidades del destino con Durruti. A éste lo enterraron boca arriba. Al otro boca abajo, porque si despertaba y escarbaba para salir a la superficie nunca lo consiguiera. También un 20-N fallecía Francisco Franco. ¿Casualidad? No. Zapatero, ante el triunfo del Partido Popular, ha querido sentenciar una serie de casualidades y unirlas todas ellas para tergiversar una obsesión que ha minado su intelecto desde que fue elegido presidente del Gobierno.
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