Nueva York
Wyatt Earp la pasión de los fuertes
OK Corral es uno de los episodios del Oeste más adaptados al cine. Menos conocido es hasta qué punto influyó el amor en el tiroteo.
En otoño de 1879, Wyatt Earp se trasladó con sus hermanos Morgan y Virgil a Tombstone, Arizona, un hervidero de buscadores de plata, prostitutas, jugadores y pistoleros. Los Earp abrieron el Oriental Saloon y Wyatt no tardó en ofrecer sus servicios a la ley que defendía el sheriff John Behan. Inicialmente las relaciones fueron buenas y Earp trabajó como su ayudante, pero no tardaron en agriarse. Behan tenía una amante judía llamada Josephine Marcus. Nacida en Nueva York, Josephine se había desplazado al Oeste antes de cumplir los dieciocho años y ahora había alcanzado cierta estabilidad al lado del sheriff. Sin embargo, al poco de conocerse, Wyatt y Josephine iniciaron una relación amorosa y la mujer decidió abandonar a Behan. Por añadidura, en esa época, el partido demócrata controlaba políticamente la zona aliado a bandas de delincuentes conocidas como los Cowboys, entre los que destacaban los Clanton. Wyatt, por su parte, en 1881 decidió presentarse a las elecciones a sheriff por el partido republicano. El 26 de octubre de 1881, Wyatt Earp, sus hermanos Virgil y Morgan y «Doc» Holliday se enfrentaron con cinco de los Clanton. El duelo no tuvo lugar en OK Corral, sino en un callejón situado entre el mencionado sitio y el estudio de un fotógrafo. Duró sólo un minuto y comenzó cuando los Earp intentaron detener a los Clanton por presuntas acciones delictivas. Josephine Marcus, que se hallaba en casa, oyó los disparos, se precipitó a la calle y, tras parar una carreta, se dirigió al lugar. Vio que cuatro de los Clanton yacían muertos y el quinto había huido y que Holliday, Morgan y Virgil Earp estaban heridos. Sólo cuando se percató de que Wyatt, indemne, cruzaba la calle sonriendo para reunirse con ella, se acordó Josephine de que no se había arreglado y dijo: «¡Dios mío, he salido de casa sin sombrero!».
En marzo de 1882, Virgil Earp fue herido en una emboscada y Morgan fue asesinado. Wyatt, convertido en «deputy marshall», persiguió a los asesinos, pero el sheriff Benham vio el momento de vengarse de quien le había quitado la mujer. Los Earp –incluida Josephine– se vieron obligados a huir de Tombstone. Benham tuvo ocasión de acabar con ellos persiguiéndolos por el desierto, pero prefirió dejarlos escapar por temor a un enfrentamiento. Aún le quedaba a Wyatt medio siglo de vida que compartió con Josephine. Consiguió enriquecerse hacia 1920 invirtiendo en explotaciones petrolíferas. Para entonces su mujer – que se convertiría en celosa guardiana de su memoria– había comenzado la redacción de un libro de memorias titulado «I married Wyatt Earp», que sería la base de la ulterior leyenda de Earp y ambos contribuyeron a un guión cinematográfico en el que se narraban sus aventuras en el Oeste.
Un mito del cine
Cuando Wyatt Earp murió, Josephine dispuso que sus cenizas fueran depositadas en el cementerio judío de Calma, California. Josephine le siguió a la tumba algunos años después y, conforme a su voluntad, fue sepultada al lado de Wyatt convirtiéndose ambos en la principal atracción de la localidad. A partir de ahí comenzó su leyenda. Ha habido muchas adaptaciones cinematográficas sobre el pistolero. Una de las más importantes es «La pasión de los fuertes». Henry Fonda interpretaba su papel y Victor Mature hacia de «Doc Holliday». Pero la que todavía recuerda la mayor parte del público es «Duelo de titanes», con Burt Lancaster como protagonista y un genial Kirk Douglas haciendo de su inseparable y tuberculoso Holliday. La última revisión del mito la hizo Kevin Costner en un filme muy realista y muy largo en el que hacía de Earp y que contaba toda su historia desde su nacimiento al final de sus días.
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