Ana Torroja no «canta»

Ana Torroja está investigada por dos delitos fiscales en los que, supuestamente, habría defraudado a Hacienda 655.000 euros correspondientes a varias cuotas del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). La cantante se personó en los Juzgados de Vía Alemania de la capital balear a las 9:30 horas acompañada de su abogado Ildefonso González-Grando de Oro, y se acogió a su derecho a no declarar, por lo que apenas media hora más tarde ya abandonaba las dependencias judiciales. De mantenerse en esta actitud, el juez podría dar por finalizada la instrucción y abrir la vía para que se celebre un juicio oral contra ella.

La estrategia
Y es que no es la primera vez que la cantante usa esta estrategia ante los tribunales. En junio de 2009 ya compareció por el supuesto fraude al fisco de otros 655.000 euros. Una cantidad que, sumada a la de ayer, elevaría el monto del posible delito de evasión a un total de 1,3 millones. Al menos, ésta sería la cifra que la Fiscalía atribuiría a Torroja al sumar varios impagos. A través de su abogado, la ex vocalista de Mecano solicitó hace dos años la anulación de las actuaciones abiertas contra ella y que se archivara su causa. Asimismo, pidió que se le devolviera la documentación incautada en los registros del caso por vulneración de sus derechos. Una lista de pretensiones que fue rechazada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma y por la que la intérprete de «La fuerza del destino» solicitó amparo ante el Constitucional. Su defensa mantiene la inocencia de la artista y arguye que, en una de las etapas investigadas, Torroja tenía fijada su residencia en el Reino Unido. A pesar de todas estas alegaciones, sigue imputada en el «caso Relámpago» abierto en 2007, cuando la Fiscalía Anticorrupción investigó una trama de blanqueo y fraudes a Hacienda en la que participó el bufete de abogados Feliu de Palma y con el que Torroja habría entrado en contacto con motivo de la compra de una vivienda en Mallorca. La acusación cree que la cantante usó su participación en la empresa holandesa Thara Holding BV (domiciliada en Amsterdam) para eludir dinero al fisco.