Cataluña

Lo distante y lo cotidiano por José Maria Fuster Fabra

La Razón
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Es cierto que andamos en épocas de turbulencias políticas. Que si la manifestación independentista de la Diada, que si la retirada de Esperanza Aguirre, que si lo de Mas y Rajoy... y la gente habla. Pues claro que habla, aunque luego pasa a lo del mal arranque liguero del Madrid, si será o no suficiente para el Barça y siempre hay algún gracioso que nos envía ya a los pericos a segunda (eso quisieran ellos).
Luego todo el mundo vuelve a lo suyo, el tendero a la tienda, el médico a la consulta y el abogado a los juzgados. Todo el mundo trata de arrimar el hombro, y, en cuanto escuchas un poco, te das cuenta de que la percepción general es que la clase política son unos sujetos un tanto estrafalarios que se dedican a complicarnos las cosas cuando los problemas reales son otros y el día a día se centra en pagar la cesta de la compra, no cerrar el negocio o llenar el depósito de gasolina.
Mi impresión personal es que los ciudadanos, cuyo máximo pecado era pedir una hipoteca por encima del valor del piso y que el banco se la diera, se ven metidos en un lío creado entre políticos, banqueros y financieros del que no saben cómo sacarnos. Así que para no cabrearnos demasiado nos tienen que tener entretenidos con historias como la Cataluña en el país de las maravillas, donde Alicia no traga y hace bien.
El resultado de éstas cosas es que junto a aquellos que se mueven por convicciones ideológicas, hay quien se traga el cuento sin pararse a pensar demasiado en las consecuencias que poner en primer plano este cuento puede llegar a tener para todos.