Murcia
Unidos por el gol
Ronaldo y Messi están a tope a un mes del Clásico. De personalidades opuestas, han evolucionado en la misma dirección: ser más goleadores
Madrid- «Cuando empezó era extremo y ahora ha cambiado su forma de jugar. Se fija mucho en la portería y necesita el gol para sentirse bien en el campo». Así definió ayer Ricardo Carvalho la transformación que ha sufrido Cristiano Ronaldo a lo largo de su carrera. «Quiero ser el mejor», repite el portugués, y en su empeño por ello va destrozando a los rivales. En quince partidos jugados esta temporada entre todas las competiciones lleva quince goles, y muchos de ellos fundamentales. Marcó dos en la remontada frente al Hércules y forzó otro más con un disparo lejano.
Las últimas cuatro jornadas de Liga de «CR7» se resumen así: dos tantos al Deportivo, dos al Málaga, cuatro al Racing y los dos que logró el pasado sábado. «Estoy bien desde hace unos partidos», reconocía después del encuentro. Su ansiedad del comienzo del curso ya pasó. Los goles lo curan todo. «Estoy contento por marcar y por el equipo, que está fenomenal», continuó Cristiano. Mourinho lo pone como ejemplo y lo utiliza para motivar al resto de la plantilla, por eso disputó el partido de Copa contra el Murcia. Él y Casillas, la estrella y el capitán, para que nadie se relaje. «Es un gran jugador de equipo», dijo el entrenador luso de su compatriota. No hay mejor manera de ser generoso con el grupo que dando un triunfo tras otro. «CR7» lleva un mes espectacular y espera seguir creciendo para estar preparado para justo dentro de otro mes, cuando se dispute el Clásico, el partido contra el Barcelona, uno de los pocos retos que se le resisten, porque el año pasado también firmó unos números increíbles, pero no los acompañó con éxitos colectivos.
Para ser el mejor, como quiere Cristiano, tiene la competencia de Leo Messi. La «guerra» por la corona del fútbol que empezó el año pasado se ha retomado éste con más fuerza. El argentino ganó la batalla de la temporada anterior: marcó más goles y sumó más títulos. Leo no se ha relajado: hasta que Villa marcó en el Camp Nou contra el Sevilla, los últimos cinco goles del Barcelona (incluida la «Champions») habían sido suyos. Messi es otro ejemplo de superación, es otro futbolista que se ha dado cuenta de que los goles te hacen crecer. En la temporada en la que debutó (2004/05) anotó un tanto en nueve partidos y a partir de ahí la evolución por años es la siguiente: 8 goles, 17, 16, 38 y los estratosféricos 47 de la 2009/10, que le dieron la Bota de Oro. Cristiano y Messi, tan diferentes en personalidad, el divo y el antidivo, pero en cierto sentido tan iguales. El gol los une.
El Barça recuperó su mejor versión contra el Sevilla. Volvió el fútbol total. Poco a poco las piezas van encajando para que los dos «grandes» lleguen al Camp Nou en plenitud y la guerra psicológica ha comenzado. Mourinho manda mensajes. Xavi, que ayer reconoció terminar el duelo del sábado sin dolores en los tendones de Aquiles, se muerde la lengua: «Nosotros no entraremos en una guerra dialéctica, queremos una guerra futbolística». Pero Alves, más impulsivo, no puede: «El año pasado ya les salió mal lo de jugársela todo a un partido», recordó al Madrid. Porque la Liga parece destinada de nuevo a eso: a una eliminatoria a doble partido, en el Camp Nou y en el Bernabéu.
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