San Francisco
El último día en la vida de Norma Jeane
Las especulaciones sobre las causas de su muerte han desarrollado versiones como la implicación del clan Kennedy
Nunca sabremos si la leyenda de Marilyn Monroe habría sido la misma sin los dramáticos acontecimientos que se sucedieron la madrugada del 4 al 5 de agosto de 1962. Durante medio siglo se ha desmenuzado hasta el mínimo detalle todo cuanto tuviera que ver con la muerte de la actriz, señalando numerosos culpables, en ocasiones por intereses publicitarios o políticos. Tanto tiempo después parece probable que en las últimas horas de Marilyn convergieron, como después se ha repetido con otras estrellas de Hollywood, la sobredosis accidental y la ineficacia de algunas personas de su entorno. Veamos las preguntas clave del caso.
1 ¿Cómo fue el último día de vida de Marilyn Monroe?
Aunque parezca increíble, no hay muchas discrepancias entre los testigos que la vieron ese día. Se despertó sobre las nueve de la mañana y desayunó un zumo de pomelo. Tras recibir una plantas para el jardín y unos muebles para la casa, a las diez se reunió con el fotógrafo Lawrence Schiller para seleccionar las imágenes captadas durante el rodaje de «Something's Got to Give». Se sabe que realizó varias llamadas ese día, aunque no recibió ninguna. Hacia la una de la tarde llegó al domicilio su psicoanalista Ralph Greenson con quien estuvo de terapia hasta las siete de la tarde. Durante la sesión de tratamiento, hubo un descanso sobre la tres de la tarde, hora en la que la ama de llaves, Eunice Murray, se fue a pasear con Marilyn por la playa. Un testigo afirma que en ese momento la Monroe estaba ebria.
2 ¿Cuándo empiezan las primeras alarmas de que algo raro sucede en la casa?
Marilyn estaba invitada a asistir a una fiesta en la casa de la playa del actor Peter Lawford, en aquel momento cuñado del presidente John F. Kennedy. Sobre las 19.45 horas, Lawford llamó a la actriz para saber si asistiría. La actriz, casi balbuceante, contestó que no podría y haciendo un gran esfuerzo dijo: «Despídeme de Pat (mujer de Lawford), despídeme del presidente y despídeme de ti porque eres un buen tipo». Lawford intentó seguir la conversación, pero Marilyn ya no volvió a hablar. Nervioso el actor, llamó a su agente y al abogado de Marilyn, Milton Rudin. Ambos le pidieron que no fuera a la casa de Marilyn por su condición de cuñado del presidente. Rudin telefoneó al domicilio de la actriz, siendo atendido por Eunice Murray. Ésta aseguró que todo estaba en orden, aunque Rudin tuvo la impresión que Murray no se molestó en comprobar qué pasaba. Un poco más tarde, hacia las diez de la noche, el publicista Arthur Jacobs recibe la noticia de la muerte de la actriz, pero no se hace pública hasta mucho más tarde.
3 ¿Cuál es la versión oficial?
Hacia las tres de la madrugada, Murray dijo ver la luz encendida bajo la puerta cerrada del dormitorio de Marilyn. La ama de llaves telefoneó a Greenson y le comentó que Marilyn no contestaba. El psicoanalista, una vez en la casa, entró en la habitación de la actriz rompiendo la ventana. Fue entonces cuando constató que estaba muerta, desnuda en la cama, parece que con el teléfono en la mano.
4 ¿A qué conclusión llegó la investigación oficial?
El juez Theodore J. Curphey y el toxicólogo R. J. Abernethy llegaron a la conclusión de que se trató de «un probable suicidio», basándose especialmente en lo dicho a la Policía por Greenson y Murray. El biógrafo de Marilyn, Donald Spoto, afirma que Greenson le suministró un enema mortal a Marilyn, pero que con la ayuda de Murray y del médico personal de la actriz, Hyman Engelberg, se habrían limpiado las pruebas. De todas formas, hasta cinco investigaciones oficiales han concluido que fue un suicidio.
5 ¿Qué drogas tomó Marilyn?
Según la autopsia, la sangre contenía unos niveles de 4,5 mg de Nembutal y 8 mg de hidrato de cloral. En el hígado había una concentración mucho más alta de Nembutal, 13 mg. Se cree que estas drogas fueron recetadas por Greenson. Nunca se sabrá qué había en el botiquín de la actriz. La gerente de Marilyn fue una de las escasas personas que entró en el domicilio el 5 de agosto, recogiendo todos los botes de pastilla y arrojándolos al acto por el lavabo.
6¿Dónde estaban los Kennedy esa noche? ¿Tuvieron algo que ver?
Muy lejos de los hechos. Robert Kennedy, entonces Fiscal General, se encontraba con su familia en la finca de un empresario en San Francisco. Por su parte, el presidente marchó a la residencia familiar de Hyannis Port. Hasta ahora no ha aparecido ninguna prueba sólida que demuestre que alguno de los dos hermanos, especialmente Robert, visitara en algún momento a la actriz. JFK había tenido algunos encuentros con ella, pero la relación no había pasado de ser una más entre las muchas en la controvertida vida privada del mandatario. Tampoco hay prueba ni testimonio que acrediten una relación sentimental entre Robert Kennedy y Marilyn Monroe.
7 Si no existen pruebas de implicación de los Kennedy, ¿por qué se especula sobre su participación en la muerte?
En 1964, un escritor de cuarta fila y simpatizante ultraderechista, Frank A. Capell, escribió un opúsculo basado en las dudas sobre el caso. Capell había tenido la ayuda del primer policía que entró en el domicilio de la actriz aquella madrugada, Jack Clemmons, quien afirmaba que Marilyn había sido asesinada, aunque sin aportar ninguna prueba sólida. La teoría de Capell fue seguida con entusiasmo por el director del FBI, J. Edgar Hoover, que pensó que podría poner de los nervios a Robert Kennedy, pero no fue así. Las teorías más radicales de los hechos, con el Fiscal General en el domicilio de la actriz, ahogándola con la almohada, surgieron después del 6 de junio de 1968, cuando el político murió. El argumento era fácil: con Robert Kennedy muerto, no habría posibilidad de que él contradijera los hechos. En este sentido, Peter Lawford, mucho tiempo después de separarse del clan Kennedy, nunca cambió su testimonio.
8¿Dejó alguna nota Marilyn?
En el dormitorio de Marilyn había numerosos documentos. Se ha especulado con la posibilidad de un diario de tapas rojas, pero la historia fue creada por un oportunista llamado Robert Slatzer. En el archivo personal de la actriz sólo se conserva algo parecido a un cuaderno de 1958. Junto a la mesilla de noche, había varias agendas de teléfono y una carta escrita por su madre. Pero tal vez el manuscrito más importante es una carta que nunca envió a quien fue su segundo marido Joe DiMaggio, una relación que había retomado esos días. En ella se lee: «Querido Joe: Si lograra hacerte feliz conseguiría hacer lo más grande y difícil que existe, es decir, hacer completamente feliz a una persona. Tu felicidad es la mía y...». DiMaggio fue quien reclamó el cuerpo de la actriz cuando fue llevado al depósito de cadáveres y se hizo cargo del funeral y entierro.
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