Reforma constitucional
La norma más denostada por Pedro Núñez Morgades
Como en toda sociedad avanzada, nuestra Constitución establece en su art. 25 que la pena tiene que tener como función reintegrar al delincuente en la sociedad. Si ya se hace con los adultos, más razón para hacerlo con los menores, a los que resta una vida por delante. Aunque sólo fuera por egoísmo, si los resocializamos evitaremos que se conviertan en delincuentes adultos crónicos que maltraten nuestra convivencia. Otra de las funciones de la pena es el efecto disuasorio y, lamentablemente, este último efecto la ley del menor lo ha perdido. Y eso que es homologable a las más modernas del mundo. Se debe al rechazo que genera porque le atribuyen efectos que no son de la ley y hasta por la propia utilización de menores para cometer los delitos, ya que los adultos consideran que éstos quedan impunes. Es la ley más denostada de todas las que ha habido en democracia. No pasa igual con el Código Penal, ya que si una persona roba, por ejemplo, nadie dice que tenga la culpa el Código Penal, sino las medidas de prevención y reinserción. Por tanto, es necesaria la modificación de la norma agravándola en los delitos que más conmocionan a nuestra sociedad. Pero nunca perdamos el objetivo inteligente y constitucional de reinsertar al menor. Como el Gobierno anterior no cumplió muchos de los aspectos que le correspondían en el seguimiento de la ley, no sabemos cuántos menores son recuperados para comprometerse con la sociedad, pero sí sabemos los datos de Madrid, donde con la aplicación de las más avanzadas técnicas y recursos se está recuperando al 90% de los menores que delinquen. Mejoremos cuanto sea posible la ley. Nuestra infancia y nuestra adolescencia son nuestro entrañable presente y nuestro esperanzador futuro.
Pedro Núñez Morgades
Pte. Comisión Nacional del Menor del PP
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