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Herido un soldado en combate en Afganistán
MADRID- El invierno da sus últimos coletazos y los insurgentes afganos comienzan a mover ficha. Ayer, esos movimientos acabaron con un caballero legionario herido en un hombro tras un breve combate con los talibán. A primera hora de la mañana, una patrulla española realizaba a pie un dispositivo de seguridad para reabastecer un puesto de observación del Ejército afgano a un kilómetro y medio de la base avanzada de Ludina. En ese momento, un grupo de insurgentes lanzó un ataque contra la patrulla con armas cortas que fue respondido por los efectivos españoles y del Ejército afgano. Durante una media hora, insurgentes y legionarios cruzaron disparos. En ese combate, una bala entró por la zona comprendida entre el cuello y la clavícula del soldado I. C. C., de 23 años, impactando en ésta última y obligando a evacuarle al hospital de Bala-Murghab, al norte de la provincia «española». El combate fue tan rápido que no dio tiempo al apoyo aéreo solicitado a llegar a la zona antes de que los talibanes emprendieran la huida.
Según las fuentes militares consultadas, el ataque no fue planeado, sino más bien una oportunidad para los insurgentes. La zona es una ruta habitual de salida de opio hacia Turkmenistán, por lo que talibanes y señores de la guerra suelen patrullar determinadas áreas en aras de proteger su «negocio». La tesis que sostienen esas fuentes es que el grupo de insurgentes que ayer atacó a la patrulla española, simplemente se encontró con ella. La zona donde se ha producido éste ataque ya fue testigo el pasado 31 de enero de otro duro hostigamiento, el mismo día que en Qala-i-Now se celebraba la ceremonia de transferencia de autoridad de la ciudad de las tropas españolas a al Gobierno afgano.
Con la llegada de la primavera, o al menos la desaparición de la nieve, los talibanes recuperan la movilidad perdida durante el invierno. En los últimos días, la Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF por sus siglas en inglés) ha detectado la vuelta desde Pakistán hacia sus respectivas regiones de los líderes talibanes, que durante el invierno se refugian en el país vecino. En ese viaje de vuelta no sólo traen instrucciones desde territorio paquistaní, sino que vuelven cargados de dinero, armamento, dispositivos para armar artefactos improvisados y explosivos para su «campaña de primavera».
Esa vuelta de los líderes desde Pakistán, unido a la crisis de los coranes y a las perspectivas de retirada de las tropas internacionales han elevado en los registros de la ISAF el número de incidentes en este comienzo de año en todo el territorio afgano.
La provincia española, pese a que es en la que más insurgentes se han reintegrado en la sociedad civil, sigue registrando un número notable de incidentes y de talibanes. La duda entre los mandos es si se nutren de otras provincias o si los que se entregan son en realidad talibanes o no.
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