Literatura

Barcelona

Joaquín Marco fatal constancia del presente

Publica «Poesía secreta (1961-2004)», una antología con todas sus voces

El escritor, en su casa de Barcelona
El escritor, en su casa de Barcelonalarazon

Contar en un sólo volumen con la práctica totalidad de la obra de un poeta es un auténtico lujo, que nos permite atisbar trayectorias, tentativas, etapas y madureces en un apasionante recorrido vital y estético de inmensas posibilidades. Es el caso de «Poesía secreta (1961-2004)», de Joaquín Marco (Barcelona, 1935), donde hallamos agrupados sus poemarios «Fiesta en la calle» (1961), «Abrir una ventana a veces no es tan sencillo» (1965), «Algunos crímenes y otros poemas» (1971), «Aire sin voz» (1974), «Esta noche» (1974-1976), «El significado de nuestro presente» (1983) y «El muro de Berlín» (2003), además de algunos pocos poemas inéditos. El conjunto se complementa con un esclarecedor estudio introductorio de Luis García Montero, unas interesantísimas «Declaraciones poéticas» del propio autor: autodefinitorias de sus procesos creativos, y una singular carta personal (y literaria) de Julio Cortázar, fechada en París el 1 de enero de 1975, en la que comenta a Marco que «tus poemas eligen su terreno preciso, dicen lo que tienen que decir y se detienen exactamente allí donde debe empezar el silencio». (pág.8)Resulta muy acertada esta precisión porque estamos ante una poesía de la inmediatez comunicativa, directa en su sencillez existencial, cercana en su coloquial narrativismo, sin excluir por ello cierta experimentación estilística, ni obviar la descripción crítica de una pertinaz postguerra. Con una característica ironía, algo escéptica y desencantada, estos versos desgranan una punzante visión del paso del tiempo, la madurez de la edad personal, la influencia de los procesos históricos (e ideológicos) y el protagonismo del lenguaje como esencia de los contenidos literarios de la realidad. Dos versos de su hasta ahora último poemario dan la clave de lo que para Joaquín Marco supone el encaramiento de la felicidad a la fatal constancia del presente: «La llaman ley de vida; pero es engaño vil, / una estafa, la más burda patraña». (pág. 326) Ahora que corren malos tiempos para la lírica, conviene detenerse en esta voz contrapunteada de emociones y desgarros, sentimental y analítica a la vez, de igual modo intimista y testimonial, evidencia indudable de la mejor poesía contemporánea.