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El reencuentro

El reencuentro
El reencuentrolarazon

Su hija Isabel, médico de vocación y devoción, no dejó de estar a su lado ni un segundo en la recta final. Su hija Carmen volvía cada semana de sus obligaciones europeas al lado del padre al que acompañó en todas las campañas electorales. El viejo León de Villalba les dijo antes del trayecto eterno, en plenitud de facultades: «Quiero morir en casa y descansar junto a vuestra madre».

Ayer en Perbes, Ignacio y José Manuel Fraga Estévez, junto con sus hijos, llevaron a hombros, envuelto en la bandera de Galicia, al padre y al abuelo. Ayer en Perbes se enterró a Manuel Fraga en un rito honorable, familiar, sencillo y austero; tal y como fue su vida. Mientras la Real Banda de gaiteiros de Ourense entonaba el himno de los nobles hijos de Breogán, recordé lo que me dijo Fraga en ese mismo lugar, con la voz entrecortada y un ramillete de flores entre las manos: «La gran mujer de mi vida, Beotas. Hace ya más de una década que la he perdido… Fue una gran esposa, una gran mujer, una gran madre de sus hijos. No tengo más que buenos recuerdos a su lado. Siento una profunda añoranza y la esperanza del reencuentro».
Manuel Fraga descansa en paz.