Los Ángeles
Madonna: «Sigo soñando con mi príncipe azul»
La cantante habla con LA RAZÓN sobre su faceta como directora, su familia y sus nuevos proyectos
Acude a su la cita con LA RAZÓN luciendo un vestido de Dolce&Gabbana que contradice la edad que marca su carné de identidad. A sus 53 años, Madonna espera impaciente la reacción del público ante el estreno de «W.E.», su nueva película como directora, en la que aporta una visión muy personal de la historia de amor entre Wallis Simpson y el heredero a la Corona británica, Eduardo VIII. De momento, asegura estar satisfecha con la buena acogida que ha tenido el filme en los festivales donde ha sido presentada. Simpática, cercana y muy habladora –incluso se atreve a cantar uno de sus temas durante la entrevista– , la reina del pop hace un repaso en profundidad de su vida profesional llena de éxitos a la que suma la tranquilidad de buenas amistades que la acompañan en la cima.
Confiesa disfrutar al máximo de su nuevo amor, Brahim Zaibat, un bailarín francés de 24 años con quien vive en Nueva York , y avanza cuáles son los proyectos en los que está tabajando: un nuevo disco y una película que va a realizar junto a Lourdes, su hija de 15 años: «Tenemos muchas ideas iguales», explica en un tono muy maternal poco común en la diva. Intérprete, compositora, actriz, fotógrafa, creadora de iconos y diva por encima de todo, descubre en este encuentro su pasión por el arte.
–¿Qué le atrajo de la relación entre Wallis Simpson y el duque de Windsor?
–El hecho de renunciar al trono por amor. Es algo impresionante. Nunca antes en la historia se ha llegado tan lejos por una causa tan bonita. Por otra parte, el periodo en el que se desarrolla ha sido otro de los motivos que me animaron a llevarla al cine. Los años 20 y los 30 siempre me han interesado.
–¿Qué ha descubierto de Wallis Simpson durante el rodaje?
–Su vulnerabilidad, su fuerza y habilidad para sobrevivir en un territorio hostil. Tengo que reconocer que este personaje me ha ayudado mucho a nivel personal. A través de ella he descubierto que todos tenemos oportunidades en la vida que no debemos dejar pasar y a las que hemos de estar agradecidos.
–¿Usted también sueña con encontrar a su príncipe azul?
–(Risas). Claro, todas las mujeres soñamos con cruzarnos con él.
–¿Se considera una persona muy exigente consigo misma?
–No, pero reconozco que me gusta seguir mis rutinas y mis rituales. Sólo así puedo conectar con todo lo que hago. Por ejemplo, cuando estaba en el set de grabación de «W.E..» tocaba la ropa de los actores antes de empezar a rodar porque necesitaba el contacto físico.
–¿Se atrevería a dirigirse a sí misma?
–No, no me atrae nada la idea, sinceramente, prefiero centrarme en una sola tarea, es decir, estar delante de la cámara o detrás, pero no en ambos sitios. Recuerdo cuando trabajé para «Dick Tracy» con Warren Beatty, él dirigía y actuaba en la película y, la verdad, cuando llevas demasiados sombreros acabas estresándote mucho y no prestas la atención necesaria a ningún trabajo. Yo me volvería loca.
–¿En qué cineastas ha fijado su mirada para realizar esta cinta?
–La lista es muy larga, pero me han inspirado desde Ingmar Bergman hasta Godard pasando, por supuesto, por Francis Ford Coppola.
–¿Considera que la fama es un arma de doble filo?
–No me gusta hablar de la popularidad en estos términos. Yo la vivo como parte de mi existencia. Reconozco que tiene sus partes positivas y sus partes negativas pero comprendo que la gente sienta curiosidad por probar el sabor de la fama y quiera conseguirla, aunque si eres lo suficientemente inteligente sabrás que es una trampa .
–Parece que lo tiene todo bajo control en su vida...
–No lo sé. Lo que tengo claro es que soy una mujer a la que le gusta controlar parte de su vida Y eso lo consigo con la colaboración de los que me rodean, delegar es una sabia decisión y lo hago muy bien. Llevo muchos años trabajando en equipo, como pareja, como madre y como artista, pero también tengo que reconocer que soy una persona de opiniones muy fuertes. Aunque por supuesto que siempre respeto a los demás y considero que todo el mundo está en su derecho de mostrar lo que piensa o lo que quiere.
–También está demostrado que tiene muy buen olfato para los negocios.
–Sí, pero no creo que sea una mujer de negocios, si no que más bien tengo buena intuición.
–¿Malawi sigue ocupando un lugar especial en su vida?
–Por supuesto. Realicé un documental sobre este país a raíz de la ayuda que me pidió una mujer de allí. No pude decirle que no. En Malawi hay un millón de niños huérfanos y enfermos de sida, y no se puede mirar hacia otro lado. En este viaje me encontré con gente maravillosa que ha cambiado mi vida.
–Se ha emocionado...
–Sí, es inevitable, cualquiera que vaya allí sentirá lo mismo. La verdad es que cuando llegué a Malawi pensé que podría salvar algunas vidas, pero luego me di cuenta de que primero uno tiene que modificar la suya para conseguirlo.
–El hecho de que su hijo David sea de Malawi ha influido en esa unión con Malawi
–Claro, allí conocí a mi hijo y si pudiera adoptaría a diez niños más. Aunque fue una época muy dolorosa y dura. Me supuso una gran lucha.
–¿Cómo vive el acoso por parte de los «paparazzi» que viven sus hijos?
–Es difícil. Trato de evitar que vayan a lugares donde hay fotógrafos. Pero, gracias a Dios, en Inglaterra hay una ley que prohíbe tomar instantáneas de menores, lo cual es una gran ayuda. Donde más problemas encuentro es en los aeropuertos. Allí no puede evitarse la persecución, así que cuando es necesario no dudo en contratar protección, porque lo que deseo es que mis hijos tengan una vida normal.
–¿Se siente afortunada?
–Tengo la suerte de haber recibido muchos dones, pero no me pertenecen, porque si te apropias de ti mismo todo se esfuma. No soy la dueña de mi talento, simplemente lo manejo. Además, la curiosidad por aprender cosas nuevas me sitúa en una posición de riesgo y me obliga a trabajar hasta la extenuación. Me mueve el deseo de expresar todo lo que aprendo. Esto, unido a las buenas oportunidades, forma parte de mi éxito.
–¿Hay algo a lo que usted no se atreva ?
–(Risas). Hay muchas cosas que quiero conseguir en la vida, soy valiente. No creo que mi camino esté ligado únicamente a la música o al cine. Soy muy creativa y me gusta experimentar.
«Me halaga que Lady Gaga me imite»
«¿Quién es Lady Gaga?», así de irónica se mostró Madonna durante el estreno en Londres de la película «W.E», lanzándole una clara pulla a su rival y aspirante a desbancarla en el trono de «reina del pop». No es la primera vez que las divas se prestan a este tipo de escarnios en público, como demuestra la parodia que ellas mismas protagonizaron en el programa estadounidense «Saturday Night Live», en el que alimentaron el mito sobre la rivalidad que impera entre ambas. A pesar de todo, en su entrevista con LA RAZÓN, Madonna se mantiene en la línea hostil y admite que «no entiendo el fenómeno Lady Gaga», aunque explica que su desconocimiento se debe a que «ignoro lo profunda o superficial» que es la intérprete de Poker Face». Todavía conserva su reinado en el pop y, por eso, cuando se le pregunta si se siente halagada cuando Lady Gaga emula su estilo, Madonna es rotunda: «Claro, ¿por qué no?».
Obsesión por la eterna juventud
No han faltado las críticas por parte de aquellos que no comparten que una mujer que ha superado la barrera de los cincuenta tenga como pareja a un veinteñaero que bien podría ser su hijo. Sin embargo, la cantante hace oídos sordos a estas opiniones y se deja ver con Brahim Zaibat allí donde va: de vacaciones en las playas neoyorkinas de Hampton, demostrando su amor en una conocida discoteca de Manhattan o de turismo por Londres. Además, Madonna, quizá para igualar la perfecta figura de su pareja, que ha desfilado para diferentes firmas de moda, no duda en seguir una estricta rutina de mantenimiento. Aparte de las dos horas diarias de ejercicio físico diario que le impone desde hace años Tracey Anderson, su entrenador personal, «sigo desde hace tiempo una dura dieta que me recomendaron, basada tan sólo en la ingesta de proteínas», asegura.
El detalle
CON EL RECATO DE WALLIS
Vestidos negros, sin escote, largos por debajo de la rodilla y melena con el encanto del Hollywood más clásico. ¿Dónde está la Madonna de body y leotardos? En la «tournée» promocional de «W.E.», la diva del pop se ha dejado ver con un estilo más recatado y comedido. Al tanto de su cambio radical, los estilistas justifican esta nueva apariencia como una estrategia de promoción. La directora no ha dudado en emular a la protagonista de su filme, Wallis Simpson. Una teoría que avala el estilista Víctor Blanco. «Ella es muy camaleónica, pero quizá pretende que se la tomen más en serio y diferenciar su imagen de cantante de su faceta como directora, aunque no creo que se trate de algo definitivo». Hasta tal punto ha llegado la imitación, que Arianne Philips no sólo es la asesora de imagen de la diva, sino también la encargada del estilismo de la cinta. Por eso, saltan a la vista las similitudes entre ambas. Blanco desgrana las claves del nuevo look de Madonna. «Potencia una silueta más antigua, el pelo en ondas, los labios muy marcados y, en los ojos, sólo eyeliner. Tiene cierto recato de inspiración Wallis y lleva los vestidos enterizos, de cuello más bien alto, y cerrados. Además, la mujer del duque de Windsor tendía a marcar mucho la cintura y la cadera, detalles , algo que Madonna ha integrado a su estilo». También Anne Sebba, autora del libro «That Woman. The Life of Wallis Simpson, Duchess of Windsor», destaca algunos aspectos que la diva ha emulado de Wallis: «A la duquesa de Windsor le gustaba mostrar sus joyas y Madonna, aunque no sea muy dada a este tipo de complementos, lleva también una réplica de una pulsera de cruces que perteneció a Wallis».
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