Educar a una pantera

Fracaso escolar, pandillas, violencia, maltrato, delincuencia juvenil. Son preocupaciones crecientes entre los padres de las sociedades del bienestar, que ven cómo los menores son incapaces de controlar su hostilidad, ante la que tampoco pueden hacer nada profesores y servicios sociales desbordados. En los últimos tiempos han proliferado manuales o aproximaciones desde diversos enfoques a este desafío. «Educar a una pantera» (Debate) es el último ejemplo que, desde una perspectiva multidisciplinar, trata de dar respuestas al problema: Ignacio García- Valiño suma el análisis psicológico, psiquiátrico, neurocientífico y educativo para prestar atención a todos los escenarios donde se generan preguntas, e intenta desmontar tópicos y falsos mitos sobre estos conflictos al tiempo que propone soluciones prácticas para ejecutarse incluso con escasos medios. La obra demuestra, con testimonios personales, que los destinos de los jóvenes conflictivos no están escritos, que la fatalidad no existe y que se puede «educar a la pantera». Incluso algunos formatos de televisión («Hermano mayor», «Supernanny») han abordado el problema, haciendo, eso sí, de la situación un mero espectáculo, cuanto más dramático, mejor.

Otros buenos ejemplos de textos que con intenciones más serias tratan de despejar las brumas de esta lacra social son «Educar a un adolescente», de Bernabé Tierno (Temas de Hoy), «Tiene 18 años. ¿Qué le pasa, doctor?», de varios autores (Planeta), «El no también ayuda a crecer», de María Jesús Álava Reyes (La esfera), «El adolescente en la terapia familiar: cómo romper el ciclo del conflicto y el control» (Amorrortu Ediciones), de Joseph A. Micucci, o «Adolescentes violentos: la comprensión del impulso destructivo» (Neo-Person), de Gleenwood Lynn.