Estreno
«Contrarreloj»: Un padre en apuros
Dirección: Simon West. Guión: David Guggenheim. Intérpretes: Nicolas Cage, Josh Lucas, Danny Huston, Malin Akerman. EE UU, 2012. Duración: 92 minutos. Acción.
Da la impresión de que Nicolas Cage se ha convertido en un género en sí mismo, de igual manera que Chuck Norris o Steven Seagal –o, rompamos una lanza en su favor, Michael Dudikoff– lo fueron hace dos, tres décadas. En un mundo más sensato, la prolífica obra de Cage como héroe de acción se editaría directamente en DVD, pero los caprichos del mercado le dan un caché que no se merece. Ni un ápice de autoironía en esta figura de cera, hinchada por el botox, que intenta humanizar su rostro untado de maquillaje en nombre de la paternidad. El «macguffin» de «Contrarreloj», que podría haberse titulado «No sin mi hija», es precisamente la hija adolescente que Cage, astuto ladrón de bancos que ha pasado ocho años en la cárcel sin soltar la lengua, quiere recuperar de las sucias manos de un antiguo compañero de fechorías, un cojo diabólico que reclama su parte de un botín de diez millones de dólares.
Simon West se reúne con Cage intentando reverdecer los dudosos laureles de «Con Air» mientras practica la misma política del exceso en la caracterización del villano (Josh Lucas está pasadísimo de vueltas) y en la acumulación de peripecias estranguladas por la obligada cuenta atrás marca «24». La música de Mark Isham pretende evocar las películas de atracos de los setenta, pero dudo mucho de que Peter Yates hubiera tenido la caradura de hacer tantas trampas en la sala de montaje como las que, por ejemplo, hunden en la miseria la secuencia inicial de «Contrarreloj», que tiene su nervio pero miente como una bellaca.
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